Visión del caballo
El caballo no ve de la misma manera que nosotros, pero todos los científicos serios han descartado las tesis del caballo que «ve siete veces más grande que el hombre», otras afirmaciones sin pruebas.
El ojo del caballo es más grande que el del elefante y el de la ballena. La posición lateral de los ojos condiciona su visión. Goza de un campo visual muy amplio: alrededor de 340 Grados sobre los 360 de la circunferencia completa con dos pequeños ángulos muertos, exactamente delante y detrás suyo. Por consiguiente, debe acercarse siempre al caballo de lado, a fin de no sorprenderle.
Así los ojos del caballo están ubicados a ambos lados de su cabeza. Esto les da una gran ventaja como animales de presa, ya que les brinda una amplia visión circular, lo que les permite detectar animales al acecho que se acerquen desde atrás.
La visión lateral con un solo ojo no le permite percibir el relieve (visión monocular), Esta visión panóramica es “monocular”, lo cual les permite visualizar su entorno de ambos lados, con cualquiera de sus ojos. En este sentido un campo ciego le impide ver en línea recta delante suyo sobre poco más de un metro.
Más allá, ve en relieve (visión binocular), Su visión “binocular” (con ambos ojos) está dirigida a lo largo de su nariz hacia abajo, y no recto hacia delante, lo cual significa que el caballo tiene un área ciega delante de su frente. Cuando un caballo está pastando, su visión está dirigida hacia el terreno frente a él y, si está relajado, funciona su visión monocular. Si el caballo nota algo que requiera ser investigado, levantará su cabeza para utilizar su visión binocular. Si el objeto localizado está sobre un costado, girará y levantará la cabeza, e inclusive todo su cuerpo para mirar.
Así, pues, déjele girar ligeramente la cabeza cuando haya un obstáculo delante suyo. El caballo percibe los detalles peor que el hombre, pero es muy sensible a los movimientos. Eso explica su inquietud ante la visión de un obstáculo que se mueve en lontananza.
Piense en ello cuando trabaje con él, y no se sorprenda ante su temor si un simple objeto se mueve en su campo visual.