El tren posterior es el encargado en dar la impulsión al ejemplar, debe ser el que ejerza en si el movimiento del ejemplar, tanto en linea recta como en los giros y la fuerza en las difíciles condiciones geográficas de nuestro país.
La importancia de unos posteriores fuertes, rápidos, con elevación, ejecutivos y todo eso traducido finalmente en sonoridad y movimientos, hace parte de la adaptación del caballo criollo colombiano a los caminos, codilleras y a las chucuas de donde se originó, la importancia se debía ancestralmente en la necesidad de un caballo que no se enterrara, uno que pudiera sortear las adversidades de los caminos de herradura para no retrasar el recorrido, uno que pudiera alcanzar las mulas de la recua, que con fuerza saliera de estos enfangados caminos en un paso constante, sin sacudir a su jinete y que en su momento llegando al pueblo permitiera también el lucimiento de este.
La importancia esta en no olvidar los orígenes que son las ventajas sobre otras razas, sobre otros caballos del mundo.