El asunto de los frenos es una paradoja, tan cierto es que el caballo clasudo y bien arrendado trabaja con lo que le pongan, como muy cierto también que cada caballo tiene anatomías diferentes en su conjunto cabeza-cuello y boca, por lo que puede sentirse más cómodo y desempeñarse mejor con determinado freno...
Consideró también de importancia tener en cuenta que durante el periodo de muda de los dientes es donde debemos ser un poco más tolerantes, analíticos y tratar de entender que puede estar incomodo o sentir dolor por la naturaleza del mismo proceso de muda.
Con las mismas herramientas (frenos) un buen arrendador puede hacer maravillas y un machucador desastres...
El secreto está en las manos que las utilizan