Autor: Daniel Anz
Se definen dos técnicas de herrado: el herrado en frío y el herrado en caliente.
Ninguna de las dos técnicas es mejor que la otra, ya que las dos bien realizadas son buenas y los dos mal realizadas pueden ser perjudiciales pero sí, cada una tiene ventajas sobre la otra.
El herrado en frío permite realizar un trabajo ligero y sin disponer de gas, fragua y experiencia en el manejo de herramientas de forja porque la herradura es trabajada sin calentarla. En cambio, el herrado en caliente requiere de calentar la herradura al rojo y permite un forjado más fácil cuando se trata de formar la herradura. Además, permite forjar herraduras a partir de una planchuela o hierro recto o herraduras especiales, y hacer accesorios como, por ejemplo, las pestañas o tacos en los talones.
El asiento de la herradura sobre el casco es relativo. El asiento en caliente es mejor siempre y cuando la herradura y el desvasado estén parejos y correctamente nivelados, porque de nada sirve asentar una herradura caliente si la misma está desnivelada. Lo mismo ocurre en el herrado en frío, si el desvasado y la herradura están correctamente nivelados el asiento también será perfecto.
Al asentarse una herradura caliente, no debe hacerse por más de 3 segundos, porque se quemaría casco que le corresponde al caballo, tampoco debe utilizarse el asentado en caliente para desvasar el casco. Primero se desvasará o normalizará el pie y luego se asentará la herradura para ver su asiento y su forma.
Se dice que el asentado en caliente puede ayudar a combatir algunas enfermedades superficiales de la pared y la línea blanca.
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Autor: Daniel Anz