Cordial saludo. A continuación algunas sugerencias.
Genealogías:
La información es la base del conocimiento. Sin información estamos ciegos.
En particular, debido a los tiempos de gestación de la especie equina, la investigación sobre la transmisión de características del caballo de generación en generación, se convierte en un camino tortuoso, lento y desalentador.
Otras especies, como la canina, tienen gestaciones cortas y varias crías por cada parto, razón por la cual la base de datos del investigador se alimenta rápidamente con la información de cada parto y de cada cachorro. Por citar otro caso, la mosca de la fruta (Drosophila Melanogaster), con un ciclo de vida de no más de 21 días, un genoma conocido de solo cuatro cromosomas y una rápida y abundante reproducción, la han convertido en preferida para la investigación en genética.
Reconociendo entonces esas diferencias reproductivas que tienen los equinos con respecto a otras especies, surge la pregunta: entonces, ¿cómo hacemos para construir muestras de tamaños representativos que nos permitan evaluar nuestras hipótesis sobre la genética del caballo?
El camino a seguir es recurrir a los datos históricos. Por ejemplo, si estamos investigando las leyes de la genética que regulan la ejecución de los diferentes andares de nuestro caballo, requeriremos revisar gran cantidad de datos históricos que nos indiquen cómo se han movido esos genes de generación en generación. En otras palabras, necesitamos saber el andar del padre, la madre, abuelos, bisabuelos y mucho más atrás, de cada ejemplar. Con esto podremos saber cómo el paso fino (por ejemplo) ha logrado depurarse y consolidarse. ¿Se ha dado que dos finos, con ancestros finos, tengan hijos de otros andares? ¿qué tan comúnmente puede suceder esto? o ¿es algo ocasional?, etcétera. Esto es solo un ejemplo para mostrar la importancia de tener la información disponible que me ayude a producir nuevo conocimiento.
La sugerencia para FEDEQUINAS es entonces: publicar en su sitio web un acceso a todas las genealogías completas de todos los caballos registrados (información que ya tienen), en donde aparezcan los nombres de los ancestros de cada ejemplar, su número de registro, el tipo de registro, color y andar (tal como aparecen hoy en las genealogías actuales de FEDEQUINAS - ver genealogía anexa).
Registro del color moro:
El color moro se genera por la acción del gen “Grey” que hace que se enmascare el color original del potro y poco a poco tome la tonalidad característica de los moros. Por lo tanto, en un ejemplar adulto solo vemos su color moro, pero no tenemos forma de saber cuál es el color base del ejemplar (ya que el color base se encuentra oculto por el moro). En el momento de reproducir un ejemplar moro resulta casi imposible hacer el pronóstico de qué colores de potros pueden nacer de ese cruce, pues del ejemplar solo veo su color moro y no tengo forma de saber qué color está enmascarado.
Propuesta: registrar los ejemplares moros de tal forma que quede registrado el color oculto, así:
COLOR: Moro, nacido alazán*
*nacido alazán o nacido castaño o zaino, o como haya sido el color antes de tornarse moro. Esto sería importantísimo para que al momento de reproducir los moros lo hagamos con mucho más de conocimiento de los colores que puede transmitir el ejemplar.
El color en las genealogías:
En las genealogías que acompañan los registros de FEDEQUINAS, además del nombre, número de registro, tipo de registro y andar, también se reporta el color de cada caballo que aparece en la genealogía (ascendencia). Así entonces, aparecen en las genealogías unas letras mayúsculas que indican el color de cada ejemplar: MO, moro; BY, bayo; CA, castaño; IS, isabelo; AL, alazán. Información ésta de indudable valor.
Sin embargo, sería importante aclarar la diferencia entre colores y tonalidades (o matices). Un caballo, por ejemplo, puede ser de color alazán, y de alguna tonalidad como: tostado, vinoso, lavado, anaranjado.
Mientras hoy en día se tiene un buen nivel de conocimiento sobre la genética del color, no es así con la genética que rige las tonalidades o matices, sobre la cual solo hay algunas hipótesis relacionadas generalmente con el grado de homocigocis o heterocigocis de los genes del color.
La propuesta es entonces que en las genealogías de FEDEQUINAS, aparezcan indicados los colores de los ejemplares, utilizando dos letras en mayúscula, así:
NE (negro)
CA (castaño)
AL (alazán)
ZA (zaino)
BY (bayo)
IS (isabelo)
CE (cenizo)
PE (perlado)
CR (cremelo)
MO (moro)
En cuanto a las tonalidades, se podrían reportar con dos letras en minúscula adicionales a las del color. Ejemplos:
AL vi (alazán vinoso)
AL to (alazán tostado)
AL la (alazán lavado)
BY na (bayo naranjuelo)
Gracias por su atención.
Carlos Quiroz
genetica.ccc@gmail.com