La siguiente es mi anunciada discusión sobre "Aplomos" y el "Ajuste del tren posterior", con la que había participado alguna vez en otro tópico hablando del tema:
Me parece que cabe aquí revisar algunos conceptos académicos sobre los aplomos. Y no precisamente motivado por la altura de la discusión planteada. Primero lo que con claridad explica Don Raúl Estrada Londoño en su libro “Chalanería Colombiana” edición de 1990; en el capítulo VII “Misceláneas de la Chalanería” encontramos en la página 228 el aparte “El Ajuste del Tren Posterior”, el cual transcribo completo, porque además de ser mas bien breve, es de altísima relevancia para evaluar los conceptos que sobre “ajuste” se usan por ahí:
“Al ocuparnos de nuestros caballos criollos, este es un tema de mucha importancia, por la frecuencia con la cual técnicos y profanos olvidan elementales conceptos de la estabilidad necesaria al caballo en movimiento, para dar paso a apreciaciones caprichosas de negociantes y a tradiciones completamente contrarias a la ciencia y los dictados de la lógica. Nada se ha escrito al respecto para el caballo de paso criollo, y menos aún para los caballos de movimientos diagonales, es decir, el trote colombiano, el galope y la trocha. Esto ha creado más de un conflicto, y ha dado lugar a decisiones discutidas y discutibles; y lo que es más grave, algunos energúmenos recurren a la peor altanería para decirle al juez que tal o cual caballo no debió perder con ese "patiabierto". En consecuencia, se hace necesario y urgente estudiar con detenimiento y responsabilidad las bases para la adecuada sustentación del caballo, en estado de reposo, y en movimiento; especialmente en el criollo que desarrolla altas velocidades en su ritmo, y por consiguiente, necesita condiciones de sustentación, acordes con ellas.
Empecemos por revisar las apreciaciones que hacen los tratadistas del "exterior del caballo" y compararlas con el concepto criollo de la tradición, para buscar la validez de una y otra posición. Al respecto, los estudiosos, basados en los movimientos lanzados del trote y el galope de la alta escuela, para razas de mayor alzada y mayor exuberancia fenotípica que las nuestras, precisan que el caballo descansa sobre un trapecio formado por las líneas que unen sus cuatro cascos. La base mayor corresponde a la separación de las manos, y la base menor a la separación de las patas. Los otros dos lados del trapecio están formados por las líneas que unen los cascos de los bípedos laterales, es decir, la pata y la mano de cada lado. Todos coinciden en afirmar, con base en medidas estadísticas abundantes y de comprobada regularidad, que la longitud de la base menor del trapecio, es decir, la separación de los cascos de las patas, debe ser las tres cuartas partes de la longitud de la base mayor, o separación de los cascos de las manos.
Las anteriores medidas quedan plenamente confirmadas si miramos la proyección vertical correcta, de los aplomos anteriores y posteriores. Al efecto, los aplomos anteriores o brazos, están regidos por las líneas verticales que saliendo de la punta del hombro, pasan por el centro de la rodilla, de la caña, de la cuartilla y del casco; como muestra la Figura No. 54A. De igual manera, la separación correcta de las patas está definida por las líneas verticales de aplomo, que partiendo de la punta de la nalga, recorren el centro del corvejón, de la caña, de la cuartilla y del casco, como muestra la misma figura. Ambas pro¬yecciones reflejarán siempre las proporciones entre ambas bases, cuyas longitudes atenderán correctamente las necesidades de sus¬pensión y de base de lanzamiento, necesarias para el equilibrio de los movimientos del caballo.
Figura No. 54A. (no representable en el formato de este foro)
En cambio, en el caballo criollo se habla siempre de un mejor "ajuste" del tren posterior, para referirse al ejemplar que en comparación con otro, tiene tan juntos los cascos de sus patas, que la distancia o separación tiende a convertirse en un punto, y consecuentemente, el trapecio de sustentación en un triángulo, con una base formada por la distancia de separación de las manos, y el vértice, formado por el punto de "ajuste" de las patas.
El concepto de los técnicos ya anotados dice: "Los miembros se separan aumentando la dimensión correcta de la base pequeña del trapecio de sustentación, con detrimento de la velocidad, o se aproximan disminuyendo la estabilidad y haciendo las marchas jadeantes".
En consecuencia, debemos sacar las siguientes conclusiones, que sir¬van de apoyo a una decisión técnicamente respaldada.
1. Si el caballo criollo es bien conformado, no existe razón para que las proporciones de la base menor del trapecio (separación de las patas) con la base mayor (separación de las manos), difiera de las universales proporciones de los caballos de alta escuela.
2. El caballo "ajustado de patas", según el concepto criollo tradi¬cional, no es el ideal: si su aire es diagonal, es decir, trote reunido, galope corto, o trocha, requiere un mínimo de base para impulsarse, sin exceder al ancho que determinan las líneas verticales que bajan de la punta de la nalga o isquion. Si hay mucho "ajuste" de patas, las marchas disminuyen en su estabilidad y pueden hacerse jadean¬tes. Más concretamente, un poco de separación, sin exceder el máximo anotado, permite una mayor velocidad en el ritmo de la trocha, o una mejor estabilidad en el lanzamiento al galope, para realizarlo con mayor plasticidad. Aquí tiene validez el concepto de pasos "lanzados" que corresponde a los aires diagonales.
3. En el paso fino, como aire "desplazado", podría pensarse que el "ajuste" del tren posterior fuese más tolerable, por cuanto la marcha no llega a ser jadeante; pero las altas velocidades de ritmo que exhiben los actuales caballos de paso de alta pureza de raza, también exigen que la base se amplíe un poco, para proporcionar así la estabilidad que corresponde a aquellos ritmos.
En Consecuencia, no debería hablarse de un mejor "ajuste" para comparar dos ejemplares, cuando ninguno de ellos rebasa las líneas verticales que dividen los miembros posteriores.
En caso de que el caballo rebase aquellas líneas, debe ser descalificado como defectuoso. Debe tenerse en cuenta que este defecto lo manifiesta el caballo en movimiento, y no en reposo, por la separación que él requiere al ejecutar su aire, como comportamiento general.”
Hasta aquí la cita del libro de Don Raúl Estrada.
Dice el reglamento de Fedequinas en el Artículo 90, Parágrafo 2, A.-Fenotipo, “Aplomos.- Son las líneas verticales que deben seguir los miembros de soporte del ejemplar para proporcionar eficiencia mecánica y perfección estética.” Para terminar sobre aplomos, es común encontrar la siguiente definición: “Vista posterior. Visto el caballo desde detrás, la línea imaginaria debería unir la grupa y los cascos de cada extremidad, pasando por el centro de los corvejones y por la articulación del menudillo. Al igual que en las manos, ambas líneas han de ser paralelas.”
Luego en la página 292 del libro citado “En este punto se presenta con frecuencia un conflicto entre los dictados de la técnica y las costumbres regionales o los conceptos personales de algunos aficionados y expertos, al considerar que el caballo que presenta más ajuste en su tren posterior es el indicado para ganar, frente a otro ejemplar que cumpliendo con las leyes de la física, separa un poco sus miembros posteriores para garantizar estabilidad, sin rebasar las líneas verticales que descienden de la punta de la nalga y los dividen en dos partes hasta el piso.” Dice más adelante Don Raúl “ . . . Entonces debemos ser cuidadosos en el manejo de estos casos en los juzgamientos, aceptando que la mayor velocidad en el ritmo en los aires desplazados, y la necesaria base de lanzamiento en los aires lanzados, indican que el ajuste del tren posterior, mientras no rebase las líneas verticales que bajan de la punta de la nalga, está enmarcada por conceptos técnicos reconocidos. En consecuencia, no hay por qué seguir hablando de mejor ajuste como un concepto totalmente respetable u obligatorio. Hay, en su lugar, que buscar un respaldo objetivo, que consulte lo académico y lo científico, y no continúe a ciegas conceptos de negociantes o tradiciones revaluadas.”
Carlos Mejía
PD.- La próxima aparición de Tornado de Marandúa será en la Copa América 2011.