Con respeto de todas las opiniones, pero con observación y aplicación de mi experiencia, he podido llegar a las siguientes conclusiones:
- La cantidad es el MAYOR enemigo para tener un criadero exitoso, presentable y SOSTENIBLE.
- Criar con muchas yeguas es como cazar patos con escopeta: "se cazan muchos, pero la carne queda llena de huecos..."
- La cantidad no garantiza NADA. A la hora de ganarse el baloto el único número que importa es el ganador. Así que todas las boletas que compraste, si no lo ganaste, no sirvieron para nada: Solo fueron eso: oportunidades que costaron un dinero grande, que se convierten en múltiples decepciones costosas.
- Aquél que logra posicionar una marca (son poquísimos en el mercado) tiene una ventaja: Que LE COMPRAN a la cuerda y por ello su labor de criador, en un porcentaje alto de su producción, termina con la entrega de un potro desteto... o con la venta del atao (menores costos y mejor flujo de caja)
- Pero esas son las excepciones. El 99% de los criadores tienen que llevar sus crías hasta la silla con todos los riesgos y costos que ello significa. Y a la hora de la venta, salvo que se trate del super campeón, se dan cuenta de que, regularmente, al menos el 50% o más del precio final se lo ganan los intermediarios (es una realidad que deriva de la ignorancia de los compradores que siguen más a lo que les dice el "asesor - comisionista", que a entender la calidad del animalito).
- El precio de venta del animalito extra (el baloto) rara vez logra compensar el costo de adquisición y mantenimiento de los demás que se produjeron en cantidad y no dieron la talla.
- Por ello, y por varias causas más, para el 99% de los criadores la CANTIDAD se convierte en sinónimo de ruina.
- La mayoría de criaderos grandes no se sostienen por ventas de caballos. Los sostienen sus propietarios, igualito que nos pasa a los criaderos pequeños.