AMADEUS, LA VIDA DE UN CAMPEÓN
Si existe un ejemplar en la caballada nacional e internacional con mayor popularidad, con mayor renombre y prestigio, y con toda una carrera llena de galardones, ese es sin duda Amadeus; el zaino que hace alusión al famoso compositor musical con la armonía, calibración y sonoridad de sus pisadas, su bella estirpe y su larga vida condicionada por un sin número de títulos memorables.
Si bien no he sido allegada a él, pude vislumbrarme en más de una ocasión con sus fenomenales presentaciones, donde siempre impuso su condición de campeón y su firme personalidad. Es que resulta casual el hecho de que haya podido vivir mis 19 años de existencia análogos a la vida del gran Amadeus, de ahí la fortuna de poder presenciar muchas de sus victorias y exhibiciones en Colombia. Amadeus, quien naciese pocos meses antes de ésta, su aficionada, vio la luz el 10 de agosto de 1983 en los verdes parajes del departamento de Antioquia, donde yacía el criadero de Don Jairo Agudelo; producto del cruce único entre el inigualable Resorte IV y la yegua Maria Centeno (Mañanero X la Pólvora). Fue el reconocido caballista Fabio Ochoa Restrepo, el muy astuto y conocedor en la materia, en adquirirlo dos años después para radicarlo en su criadero La Loma, y obsequiárselo posteriormente a quien fuese la principal sucesora de su enorme pasión por los caballos, su hija Ángela Ochoa. Ella fue quien amablemente compartió conmigo, éstas sus anécdotas, las anécdotas de su “negro Amadeus”, tal vez en honor a ese amor que siempre ha profesado por tal exponente de nuestro Paso Fino colombiano.
Años previos a que Angelita decidiera conformar su propio criadero bajo el nombre de Agualinda, Amadeus fue trasladado a la ciudad de Pereira, Risaralda a manos del Maestro Alberto Lozano, hombre artífice del adiestramiento de quien sería el futuro campeón de las pistas colombianas. Fue en 1992 cuando entonces Amadeus, junto con las yeguas la Carmiña y Primicia pasaron a encabezar las filas del Criadero Agualinda.
El ejemplar con mayor número de títulos conferidos a un caballo de la raza criolla colombiana, cinco años consecutivos declarado como mejor caballo de paso fino en Colombia, acaparador de cuanto título Fedequinas y sus asociaciones otorgan a los representantes de nuestra caballada; eso y mucho más dice el nombre de Amadeus. Un caballo que constituye el máximo ejemplo para muchos de los equinos de nuestra raza criolla colombiana, si consideramos ese dote único y recalcable que sólo muy pocos bajo su condición poseen; Amadeus es realmente lo que yo logro denominar “un caballo de silla”, porque resulta increíble que un ejemplar tan homenajeado haya pasado por las manos de tan diversos chalanes como Ricardo Piedrahita, Asnoraldo, Antonio “Toño” Vélez (quien conquistó la gran mayoría de sus victorias) y Albeiro Arboleda, quien culminó el ciclo de campeonatos del caballo; y si a ello le sumamos esa inmensa nobleza y dócil temperamento que lo caracteriza y lo ha caracterizado por siempre.
Aun así, la carrera de Amadeus no puede definirse en términos tan sencillos. Los campeonatos y galardones adquiridos fueron el producto de amplios duelos contra grandes de los exponentes de nuestro andar bandera, como lo fueron JR Símbolo, Cancionero, Francisco el Hombre, Carmín, Terremoto, el Astro, Capuchino, y hasta su propio hijo Atrevido del 8, a quien logró derrotar en una sóla oportunidad para el año de 1994; si tenemos en cuenta que la victoria fue para su descendiente en dos ocasiones anteriores. Fue sin duda, esa ardua labor y esfuerzo por imponer su calidad y sus dotes, lo que lo llevó a retirarse por completo de las pistas y de la silla, debido a los fuertes dolores que lo aquejan y que terminaron por destinarlo exclusivamente a los fines reproductivos.
Es ahí donde Amadeus construye su segunda gran gloria: cerca de 1900 crías registradas en la gran mayoría de los países confederados a CONFEPASO, aproximadamente 50 hijos por año, y lo que más llama mi atención “Amadeus es el precursor de haber cerrado la coloración de los exponentes del paso fino puesto que impuso las tonalidades negra-zaina en dicho andar”, lo cual expresa con orgullo su propietaria Angelita, en memoria de su difunto padre Don Fabio, y lo ratifica el Doctor Gabriel Jaime Toro, quien ha sido otro de los pocos responsables de los éxitos del ejemplar, al ser su veterinario de cabecera a lo largo de su amplia existencia.
Hoy, aquel eterno campeón que deslumbra a más de uno con su imponente fenotipo, aquel que acapara el corazón y los mimos de esa gran caballista que es Angela y de su reconocido veterinario Gabriel Jaime; el grandioso Amadeus ha retornado a las bellas montañas antioqueñas, que 19 años atrás lo vieron nacer y fueron testimonio de sus triunfos y conquistas, todo con el fin de enriquecer la fila de campeones que sólo su poder consanguíneo ha podido generar: Patrimonio del 8, Resplandor III, Atrevido del 8, Concierto II del 8, Magnate, la Dominica, la Luciérnaga, Martinica, la Polka, Atrevida de las Palmas, Incertidumbre, entre otras tantas.
Y aquí estoy yo, feliz de haber podido lograr uno de mis grandes sueños caballisticos: estar al lado del histórico ejemplar que desde siempre se ha robado toda mi admiración, y al lado de quien ha sido su más cercana ama y amiga, “tita”. Mil gracias a ella y a Gabriel Jaime por su contribución a esta mi gran pasión, por su incondicionable colaboración al compartir conmigo tan magnificas experiencias. Sólo espero que sean muchas más las veces que pueda estar cerca de personajes como ustedes y de ejemplares como su negro, Amadeus.
POR: Viviana Ángel Maya - Medellín Colombia
Amadeus
by Resorte IV out of Maria Centeno
