En los neonatos, los síndromes de debilidad generalizada y la falta de reflejo de succión, corresponden a dos anomalías que son: los potros inmaduros y los potros sépticos.
Los potros inmaduros son neonatos que no cumplieron totalmente el ciclo de getación y por ende son potros que nacen débiles y requieren necesariamente de ayuda exterior para superar la etapa neonatal, es decir los 4 primeros días de vida. En donde es muy importante, en ambos casos el suministro de los calostros, pues corresponde al conjunto de defensas almacenadas durante el proceso gestacionario dentro de la madre, pero con una limitante de 24 horas post-parto, en donde la capacidad de absorción de anticuerpos se inhibe por completo. Son potros de frente abombada y con laxitud en los tendones e incluso se presenta dificultad para respirar y sus cascos son inmaduros. Es importante evitar un proceso de deshidratación, pues puede colapsar en la dificultad corporal para termoregular el organismo, de ahí su necesidad de refrigerar su condición orgánica al momento de identificar el agua como un mecanismo de solución parcial. Como una solución para estos casos, se recomienda el uso de corticoídes pues prestan dos funciones que son ayudan al proceso de maduración y tienen una acción antiinflamatoria.
Los potros sépticos, corresponde a alteraciones patológicas por la presencia de agentes extraños en el organismo del neonato, generalmente bacterias que producen endotoxinas que van a activar el sistema de defensa y en casos menos frecuentes presencia de hongos y virus. Esta anomalía presenta dos fases muy notorias: inicialmente una hiperactividad manifiesta por arritmias cardiacas y alteraciones termoreguladoras. Una segunda fase, que comprende un estado crónico inicia con un período de shock, resultado de alteraciones de baja presión y baja oxigenación e inflamación de la zona de afección: puede ser a nivel pulmonar, entérica, ... Estos casos se tratan con un programa de antibioterapias, de amplio espectro y muy específicos a fin de evitar la presencia de agentes bacterianos secundarios, acompañado de anti-inflamatorios no esteroídeos, para no afectar las mucosas gástricas del neonato.
Superada la crisis neonatal, es importante reforzar el desarrollo del potro con un tratamiento a base de complejo B, para estimular su crecimiento y su necesidad alimentaria. Es muy importante estimular de igual forma a la madre con suplementos a base de calcio y si hay una baja en la producción de leche es muy importante en los primero 7 días aplicar oxitocina, pues esta hormona actúa en la etapa de conducta maternal, estimulando la condición de mamiferos en la lactancia.