Mi papá me enseñó de caballos de carreras desde muy pequeño, así que crecí escuchando de pura sangres ganadores de clásicos y triple coronas. Después mi suegro me sacó a cabalgatas y un trochador galopero me enseño a rumbearme una feria. Pero no sabía de Arco ni de Tayrona, ni de Renegado ni de Don Mario, ni de diagonales o laterales.
Hace menos de un año empezamos a levantar este sueño que con mucha esperanza y no menos ambición llamamos criadero y cuando veo mensajes de otros foristas que empiezan, con su ilusión y sus ganas, con su fé puesta en un vientre y en un salto me siento identificado, me siento parte de aquellos que amamos los caballos y somos felices con ellos.
Es muy difícil arrancar, no es barato y la competencia es feroz, las posibilidades de sacar un fuera de concurso son escasas, y sobre todo, hay que esperar tanto para verlos crecer, para verlos competir... todos saben, todos opinan, todos te aconsejan, pero tu tiendes a seguir tu intuición y que no sólo sea negocio, sino tradición viva y amor por los caballos.
Don Carlos Mario dice que uno sabe si le fue bien o no después de 20 años, pero cuando escucho en el sonido la voz de don Andrés Lopez diciendo: Pongan en movimiento la potranca numero.... y veo mi cinta de tercer puesto, creo que ya me va bien.
De todas formas en 20 años les cuento.
Un saludo respetuoso a todos los foristas.