Señores me encontré con este articulo de un señor muy conocedor y protagonista del mundo del caballo; no se si sea un refrito y no haya tenido el gusto de leerlo en este foro si es así me escusan, de lo contrario los invito a que lo disfruten y si quiere lo discutimos yo de antemano estoy totalmente de acuerdo con el escritor, aplaudo y propendo por la crianza del caballo criollo colombiano de silla y por el del caballo show.
UN ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL
El acuerdo sobre lo fundamental, es una propuesta que hacemos encaminada a cerrar filas sobre ciertos principios “fundamentales” que corresponden a la raza del caballo criollo colombiano, con el objeto primordial de salvaguardar su esencia.
La raza en sus distintas modalidades, por esencia y antonomasia es “de silla”. Lo cual significa que debe transportar al jinete de un sitio a otro, suave y cómodamente, tanto en cortas como en largas distancias. Esto es lo “fundamental”, lo “esencial” y lo “sustantivo”.
Cuando el caballo no cumple a cabalidad con esta elemental y principal función, deja de ser de silla y empieza a convertirse, contraviniendo todos los fundamentos y principios por los cuales fue conformada la raza a través de quinientos años, en un simple y pobre elemento de espectáculo.
En las últimas décadas se ha venido observado una desmedida y nefasta inclinación a exhibir y premiar en las exposiciones equinas, que es donde se presentan los ejemplares que más se aproximen a los paradigmas de la raza, caballos excesivamente reunidos, con un tranco de pisada tan reducido que limita el natural y consecuente desplazamiento que debe tener un caballo que se precie de ser de silla. Esto, junto con una exagerada rapidez en la cadencia, que agota al caballo en corto tiempo y en un mínimo recorrido, por más resistencia que tenga, conforman una dupla que extravía la verdadera esencia del caballo criollo colombiano, que está, como se ha dicho tantas veces, no en el espectáculo, sino en la función práctica que le corresponde al transportar al jinete de un lugar a otro, lo que le ha permitido posicionarse, no solo nacional, sino internacionalmente, como una de las mejores razas de caballos de silla en el mundo.
La razón de esta singular y paradójica tendencia, es debida al interés desmedido y temerario, por acentuar, aún más, en forma desproporcionada, ciertos rasgos y características consideradas propias de la raza, como son, entre otras, su andar de tranco corto y una velocidad de cadencia relativamente rápida, sin detenerse a analizar las consecuencias de lo que implica este nefasto contubernio.
En el debate, algunos aducen que el fenómeno es debido a la evolución que ha tenido el caballo en los últimos años. Nosotros creemos que no se debe confundir evolución con degeneración. Analizando los efectos que causan en el desplazamiento del caballo, la modificación por selección del ángulo de las escapulas (huesos del omoplato), se pone de manifiesto, que estas principalmente, son las causantes de la reducción del tranco en la pisada, lo que consecuentemente produce un exceso de reunión, que algunos han dado también en denominar con el adjetivo de “pulimento”, vocablo que no existe dentro de las normas que caracterizan la raza, incluso, ni siquiera es mencionado en la tabla de puntaje elaborada por la Federación Colombiana de Asociaciones equinas, Fedequinas, con el objeto de calificar los ejemplares en las pistas de juzgamiento.
Los estándares que se han alcanzado en la selección y evolución de la raza, en relación a dos o tres décadas atrás son formidables. No debemos exagerar acentuando, desmedida y exageradamente, estas características, porque estaremos equivocando el camino al cambiarle a la raza su función primordial.
Hoy día tenemos ejemplares que cumplen, de lejos, con las expectativas, fruto de una evolución prodigiosa de los últimos años. Para citar un solo ejemplo: Prodigio de la Virginia, Jefe de Raza y Tetracampeón Mundial, cuya fluidez natural de desplazamiento, junto con una adecuada rapidez de cadencia, además de su fenotipo, brío, timbre y temperamento, lo aproximan al prototipo de la raza en la modalidad de “Paso fino Colombiano”.
Todo en el mundo obedece a la evolución; pero propendamos a que esta sea para bien y mejoramiento de la raza, y no para su extinción.
Con el acuerdo sobre lo fundamental hacemos un llamado general a cerrar filas, encaminado a salvaguardar los principios esenciales de la raza en sus cuatro modalidades. No la condenemos al exterminio, cambiándole su verdadera función, convirtiéndola en un triste, deplorable e inservible elemento de espectáculo, de show y de circo.
Guillermo de Narváez.