la clonación acaba con la esencia del caballo criollo colombiano, si no reglamentamos esto ya no iremos a comprar a los criaderos sino no en la página web de un laboratorio, viéndose gravemente afectado el precio de los ejemplares élite que son casi los únicos que han mantenido he incrementado su valor a través de los años, si los ejemplares de élite van a valer poco, los regulares y los malos no van a valer nada. a veces lo legal no necesariamente es lo correcto, niguna asociación equina ni bovina en el mundo se había atrevido a permitir la utilización de los clones en la reproducción por la incertidumbre que genera a veces el mismo conocimiento. la ignorancia de los abogados en el tema resulta especialmente atrevida.
Un segundo punto sería si el propietario de un ejemplar tiene derecho a clonarlo sin la autorización del criador, pues si vemos la crianza del caballo criollo colombiano como un arte la clonación debería tener reconocimiento al autor, es igual que un artista al que le compran un disco o una canción, el vende el derecho al disfrute de este producto, no a la reproducción pirata del mismo con ánimo comercial, pues la yegua madre fue de el, el talento para castarla fue de el y por que no... la suerte para obtener ese individuo no es de la persona que lo compra es del propio criador, entonces en este orden de ideas, el criador, gestor de un individuo candidato a clonación debe dar el visto bueno para el procedimiento y la correspondiente remuneración por ello.