Autor Tema: La Acidosis Sub-Clínica En Equinos!!  (Leído 2237 veces)

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La Acidosis Sub-Clínica En Equinos!!
« : Diciembre 22, 2015, 08:27:43 am »
La acidosis sub-clínica

Los diagramas y las descripciones del sistema gastrointestinal equino, diferencian claramente el sistema digestivo anterior, es decir, la combinación de dientes, lengua, estómago e intestino delgado, y el sistema digestivo posterior, es decir, intestino grueso, ciego, colon y recto. El sistema digestivo anterior del caballo cuenta con el 35 – 40% de la capacidad gastrointestinal en general. Las capacidades del sistema digestivo anterior y posterior del caballo difieren claramente de las capacidades del resto de los animales de una ganadería. Los rumiantes, como por ejemplo el ganado vacuno, tienen un sistema digestivo anterior significadamente más voluminoso, y cuenta con el 85 – 90% del total de la capacidad gastrointestinal. No pasaría nada ni sería relevante esta información si el caballo viviese en estado salvaje, picoteando forrajes y paseando durante unas 18 horas al día. Pero el caballo moderno es un atleta que suele vivir en un box, trabaja durante una hora al día y no suele tener acceso a pastos variados. El sistema digestivo anterior tiene un tamaño reducido y, debido a ello, en el estómago suele haber un rápido tránsito gástrico, enviando al intestino delgado alimentos con un grado de digestión insuficiente: tarda en el sistema digestivo anterior muy poco tiempo, en comparación con las horas que tarda en el sistema digestivo posterior. Un rasgo principal del sistema digestivo posterior es su alta población de microorganismos que lo habitan bacterias anaeróbicas, hongos y protozoos coexisten conjuntamente en el sistema digestivo posterior cuando este funciona de forma correcta.

Además de la función microbiana primaria, está la de digerir fibra. La descomposición de la fibra en el sistema digestivo posterior, provoca la producción de ácidos grasos volátiles (AGV), los cuales se extienden por las paredes del ciego y el cólon, son transportados por la sangre y terminan en el hígado, donde son utilizados por el caballo para abastecer de energía sus esfuerzos atléticos o reproductivos.

 

Causas

Hay algunas situaciones que provocan que el PH (potencial de hidrógeno) del intestino grueso descienda bruscamente. Las dos causas más comunes son el exceso de consumo de piensos ricos en almidón o pastos ricos en fructanos. O sea, si nos excedemos en la cantidad de pienso que debe recibir el caballo en una sola toma, o si le soltamos en pastos en crecimiento o demasiado maduros, podemos causar un cambio que perjudica a su sistema digestivo y aumentamos de manera considerable el riesgo de cólico.

 
Cuando cualquiera de estos supuestos ocurre en la alimentación, es imposible que el estómago y el intestino delgado digieran y absorban suficientemente el ataque masivo de almidón (un tipo de azúcar que se encuentra en los cereales) o de fructano (un tipo de azúcar que se encuentra en la hierba), consecuencia de lo cual pasan por el intestino grueso sin poder ser digerido adecuadamente. Cuando la digestión del almidón de fácil fermentación avanza hacia el intestino grueso, la producción de ácido láctico y ácidos grasos volátiles (AGV) aumentan considerablemente, provocando una disminución significativa en el PH del sistema digestivo del caballo. Cuando el intestino grueso tiene que soportar esta situación durante un periodo de tiempo o varias veces al día, termina abrumándose con el ácido. Además los volátiles grasos (AGV). En los casos más severos, el lactato puede suponer entre el 50 y 80% del total de ácidos en el intestino grueso. El cambio en el PH establece un entorno desfavorable para algunos microorganismos que habitan en el intestino grueso y que ayudan en la digestión. En particular, las bacterias que digieren fibra como la Ruminococcus albus y la Fibrobacter succinogenes, son sensibles a las disminuciones de PH. Para un funcionamiento óptimo de estas bacterias el PH debe oscilar entre 6’6 y 7’0, cuando cae por debajo de 6’0 que es lo que suele ocurrir con la acidosis clínica, la bacteria saludable comienza a desaparecer. Al contrario de lo que ocurre con las bacterias ruminales, las bacterias productoras y consumidoras de lactato prosperan en un entorno con un PH bajo, o sea, prosperan las nocivas para el sistema digestivo. Por ejemplo, algunos microorganismos como el Streptococcus bovis en realidad cambian su metabolismo y producen ácido láctico más fácilmente que ácidos grasos volátiles (AGV) cuando están expuestos a condiciones ácidas, agravando el problema. Los cambios en el PH del intestino grueso debido a alteraciones en la población microbiana y en el ácido, son las que provocan la enfermedad conocida como acidosis subclínica.

 

Signos

Uno de los primeros signos de la acidosis subclínica, es la inapetencia o disminución del apetito del caballo. Ellos mismos intentan compensar este desequilibrio recurriendo a sus hábitos naturales, que consiste en picotear forraje suave. Pero nosotros controlamos sus dietas y, en muchas ocasiones nosotros mismos provocamos una crisis intestinal. Además debido a que el intestino grueso está abrumado con el ácido láctico, cuando el caballo experimenta acidosis sub clínica, la pared intestinal comienza a inflamarse e irritarse provocando una molestia para el animal. La irritación puede ser bastante severa, lo que puede promover un comportamiento similar al del cólico.

Otra de las consecuencias clínicas y quizás la más perjudicial para los caballos de deporte y competición, es la reducción de la eficiencia nutricional. No se absorben los nutrientes que estamos proporcionando y estamos, en realidad tirando los suplementos y piensos, porque no los puede digerir. Cuando la pared intestinal está expuesta durante un largo plazo a un medio de PH bajo, se puede ver afectada negativamente la capacidad para absorber los alimentos, limitando así la llegada de energía y nutrientes necesarias para un óptimo rendimiento atlético. Además de estas preocupaciones de salud, se ha sugerido por algunos investigadores, la posible relación existente entre la Acidosis Subclínica y estereotipos como la masticación de madera, es decir cuando el caballo traga aire y hace el “baile del oso” en el establo.

Debido a la frágil naturaleza del intestino grueso, un caballo afectado por la Acidosis Subclínica es menos capaz de manejar crisis metabólicas que los sanos. Por tanto aquellos que padecen o han padecido Acidosis subclínica son más susceptibles de padecer cólicos, diarreas o laminitis.

 

Manejo

La Acidosis subclínica no es un peligro nuevo para la salud de los animales domésticos, los veterinarios la encuentran constantemente, debido a los manejos usuales en las cuadras. Desde hace tiempo, los investigadores intentaron solucionar el problema en la Acidosis en el ganado vacuno. Puesto que las vacas deben de consumir grandes cantidades de pienso para apoyar y aumentar la producción de leche, su rumen o herbario (que en términos de población en micro flora, es análogo al intestino ciego y colon del caballo), se abruma con los ácidos grasos volátiles (AGV) y ácido láctico que siguen a cada comida, provocando la acidosis ruminal. Las vacas afectadas tienen menos hambre y la mayoría de las veces, comen menos, lo que conduce a una disminución en la producción de leche y, por lo tanto, una disminución en el beneficio. Por consiguiente, es evidente la necesidad de regular el pH en el herbario. Los investigadores lograron regularlo de forma satisfactoria, añadiendo bicarbonato de sodio a la comida, es decir, sal base un elemento que sirve para corregir el pH a pesar de la alta ingesta de cereales.

Se tomó como referencia una investigación realizada con ganado vacuno, para deducir en un principio la solución en el manejo de los caballos con acidosis subclínica; esta parecía tan sencilla como suministrar un amortiguador de pH para el intestino grueso que redujera al mínimo las fluctuaciones del pH, cuando las cantidades ingeridas de hidratos de carbono fácilmente fermentables fuesen significativas. O sea, parecía lógico introducir un “buffer” cuando los animales necesitasen una ingesta importante de cereales, como sucede con los caballos de carreras, de alta competencia o yeguas lactantes. Los investigadores, efectivamente, indagaron esta posibilidad, pero debieron enfrentarse con un problema frustrante casi inmediatamente, la fermentación en el caballo se produce en el conjunto ciego-cólon, el cual se localiza al final del tracto gastrointestinal, en vez de al principio, como ocurre en el ganado vacuno.

 
Para que un elemento que vaya a corregir el pH alcance el intestino grueso del caballo, debe resistir el paso por el estómago y el intestino delgado. Lamentablemente las enzimas secretadas por estos órganos son muy dañinas y no permiten que los correctores de pH lleguen a donde tienen que actuar. Se continuó con la investigación, aplicando la tecnología utilizada en la medicina humana y se llegó a la conclusión de mezclar correctores de pH con otros elementos que si pueden aguantar las enzimas digestivas del intestino anterior y que llegan intactos al intestino grueso. Estos productos ya son utilizados habitualmente por los veterinarios.

 

Prevenir

Pero ¿Cómo podemos prevenir esta situación sin recurrir a correctores de pH?


Una vez más, la solución requiere una mejor organización por nuestra parte y más trabajo. La capacidad limitada del estómago del caballo, requiere de tomas de no más de 2kgs a 2’5kgs, si el caballo está en trabajo duro y necesita una ración de 6kgs de pienso al día, se las proporcionaremos en tres tomas para no llegar a desbordar el estómago. Si el caballo es muy grande o tiene que ganar peso y necesita 7 u 8kgs al día, añadiremos una cuarta toma al día.

En conjunto con esta medida, tenemos que abrir la mano con el forraje. Los caballos tienen que tener acceso constante a forraje suave (no alfalfa) para ayudar a fortalecer las bacterias digestivas. Hay que añadir que la masticación del forraje suave potencia la capacidad digestiva, porque aumenta la producción de saliva, la cual también ayuda a regular correctamente el pH en el sistema digestivo anterior. Esto no quiere decir que debamos soltar a nuestros caballos en pastos de manera repentina, especialmente en principio de verano o principio de invierno, cuando está la hierba en crecimiento y debemos cuidarnos también de los potreros con hierba demasiado alta o madura. Hay momentos en que las bacterias del sistema digestivo se debilitan por circunstancias ajenas a nuestro manejo, como por ejemplo en momentos de estrés, por transporte, cuando está compitiendo, cuando hace calor o le cambiamos la alimentación o tiene miedo (tormentas con relámpagos o petardos y fuegos artificiales), estas son solo algunas de las razones o circunstancias que pueden reducir las bacterias que ayudan al intestino y pueden a su vez fomentar las que le perjudican.

Esta es la razón por la que se han hecho populares el uso de productos pro-bióticos (bacterias del sistema digestivo) y pre-bióticos (elementos que fomentan la producción de estas bacterias). Si se sabe que estamos en un momento de riesgo, y si está en nuestras manos disminuir o ralentizar de alguna manera esta pérdida, porque no hacerlo?

Lo mejor que podemos hacer es introducir un manejo de cuadra que ya de por si fomente y proteja la bacteria natural del sistema intestinal, y como siempre, cuando tenga inquietudes o dudas, deberá tener una conversación detenida con su veterinario

Especial agradecimiento a mis Grandes Amigos Veterinarios;

Dr. Harold Peñaherrera,

Dr. José Simbaña,

Dr. Juan José Maureira y

Dr. Richard Mancheno,

Maestros en el cuidado de nuestros Caballos.

Autor/es: José Del Olmo. Comunicador Ecuestre

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Re:La Acidosis Sub-Clínica En Equinos!!
« Respuesta #1 : Diciembre 23, 2015, 03:24:29 am »
Muy buen articulo...se debe advertir tambien el efecto en la concentracion de hidronio de los concentrados de grano con melao...otro factor agravante que muchos usan...