Hombre que pesar Don Pedro Rincón, de los pocos amigos sabaneros de mi papa, recuerdo alguna vez haber ido a su finca en Pacho donde pastaban en soberbios potreros un montón de yeguas finas, reverendas de gordas, todas Paso Fino. Unas hijas de Capitán de La Vitrina de excelente calidad que nunca se interesó en llevar a competir. Era obligado visitante en la Margarita, sentado con Don Fabio, robustos los dos, sumergidos en fabulosas tertulias con relatos de tiempos inmemoriales. Una caja de historia. Un gran abrazo en nombre de mi familia.