Cualquiera que haya sucumbido a la fascinante experiencia de criar un potro, ya sea profesionalmente en una yeguada o de forma particular, se ha planteado la duda de cuándo debe destetarlo y cómo hacerlo. Y a cualquiera que se haya formulado estas preguntas, se le ha pasado por la mente, aunque haya sido por unos momentos, la idea de que tal vez la tradición actual de destetar a los 4 ó 6 meses, no sea lo mejor para el potro ni para la yegua.
Estos instintos naturales y acertados, tan sólo refrenados y acallados por la tradición, aspectos económicos, manejo doméstico y optimización de la producción, tienen por fin un reciente estudio que demuestra que están fundamentados.
Puedes leer el estudio aquí.
En este sentido, este artículo está escrito en base a mi experiencia personal y a lo que el estudio que se comparte documenta.
Parece ser que estudios realizados en la segunda mitad del siglo XIX ya resaltaban la caída nutricional de la leche materna a partir del tercer mes de lactación del potro y que los requerimientos nutricionales de este, superaban los de la leche materna como alimento exclusivo. Estos dos parámetros junto con los deseos de mejorar la producción y la maduración física del potro, respaldaron la decisión de destetar a los potros de forma temprana instaurando la tradición que hoy en día se practica.
Diferencias entre el destete temprano doméstico y el natural
Aunque cada vez usamos prácticas más etológicas, normalmente el destete de forma artificial y temprana, conlleva la separación física y abrupta entre el potro y la madre de manera que no puedan verse ni oírse. Esto lleva a un nivel de estrés para ambos muy elevado y a problemas de diversa índole tanto a corto como a largo plazo:
Corto plazo:
Estrés, ruptura del vínculo materno filial cuando aún este es demasiado estrecho, llamadas vocales constantes, actividad locomotora aumentada por estrés, alteraciones del sueño, alteraciones del patrón de alimentación, agresividad, suspensión de los momentos de juego e interacción social, intentos de succión a caballos adultos, elevación del cortisol, elevación del ritmo cardíaco, crecimiento retardado.
Largo plazo:
Estereotipias, respuesta inmunitaria alterada, deterioro del desarrollo de la microbiota, problemas de aprendizaje, menor fertilidad de las yeguas en posteriores cubriciones, potros más débiles esqueléticamente.
Un estudio realizado en 225 caballos durante 4 años a potros destetados entre los 4 y 6 meses, señala que el 10% comenzó a tragar aire a los 5 meses de edad, el 30% comenzó a comer madera (lignofagia) a los 7.5 meses y el 7% mostraron estereotipias de carácter locomotor al año y medio.
Cuando el destete se produce de forma natural en condiciones de libertad o semi libertad, este tiene lugar de manera gradual a lo largo de varios meses y sin ningún estrés. Los potros son destetados entre los 8 y los 18 meses, con un promedio de entre 9 y 11 meses dependiendo de los siguientes factores:
Condición corporal de la madre
Si la madre es primípara o no
Época del año y condiciones del entorno
Estado nutricional de la yegua
Si la yegua está de nuevo preñada
Cuando el potro es destetado bien por iniciativa propia, de la yegua o de común acuerdo, esto únicamente supone el cese de la alimentación, pero en ningún momento del vínculo entre ambos. Este es un factor importantísimo a tener en cuenta, puesto que, en este momento para ambos, es más importante el vínculo afectivo que el aspecto nutricional.
Frente a la finalización abrupta de la lactación del potro y vínculo entre ambos en el destete artificial, nos encontramos una realidad muy diferente en estado salvaje y en semi libertad cuando se procede de forma natural.
Durante el primer mes el potro mamará cada 15 minutos aproximadamente y la distancia física entre ellos será de 5 metros de forma voluntaria y continua. La producción de leche alcanza su pico máximo durante los dos primeros meses para luego ir lentamente decayendo tanto en cantidad como en concentración de proteína, grasa y calorías, esto causa que el potro vaya interesándose cada vez más en el forraje y aumentando su consumo gradualmente.