Cuando yo nací, mi padre ya era caballista, esto lo heredo de un tío abuelo de él, que le gustaban mucho los caballos y los tenía en el patio de su casa y de niño él iba todos los días a la casa de su tío Ernesto a ver los caballos y montarlos.
Desde que nací mi padre me llevaba a ver caballos con él, en ese entonces muy niño íbamos mucho a la conchita, de propiedad de Francisco Marulanda (paco), quien considero que es uno de los grandes fomentadores de los caballos que ha tenido no solo Cartagena, sino la costa, allá en la conchita, de dos años de edad, montadores como Jeremías Reyes, Nabo Cogollo, Gonzalo Villegas, entre otros, se dedicaron no solo a enseñarme a montar, sino que me amarraban a una silla y me montaban en los potros y potrancas que estuvieran amansando para que fueran sintiendo peso en la silla (mi papa lo sabía y lo permitía jajajaja tremenda irresponsabilidad).
Paco fundo en aquel entonces la Asociación Juvenil de Caballistas AJUCA, nos mando a hacer camisetas que nos regalaba para que en las ferias y cabalgatas las luciéramos orgullosos, AJUCA ha sido el semillero más grande de caballistas que uno pueda imaginarse, hoy por hoy la gran mayoría de caballistas de Cartagena salieron de AJUCA, de ahí salimos entre otros: Ernesto Chalela, Hermann Paternina, Roque Ramón del Rio, Alberto del Rio, Marco Guete, Elías Maloof, Carlos B. Costa, Carlos Cotes, Alfonso Puello, Carlos Daza, Gabriel de Zubiria (el Bota), Nicolás Segrera, Carlos Estor…etc. hay muchos que se me escapan en el momento pero la lista es muy larga. En ese entonces las ferias se hacían primero en el pie de la popa al lado de la iglesia de la ermita y luego Paco adecuo un espacio en la conchita para este fin, en ese entonces la asociación se llamaba FEQUINOCAR, y desde entonces a la edad de tres años ya me sacaban en las competencias de chalanería solo en un caballo amarrado a la silla, y como no había categoría para mi edad, siempre salía en la categoría de juveniles, recuerdo que Ernesto Chalela y Alberto del Rio siempre se ponían al lado mío, para irme cuidando por si tenía algún problema con el caballo y mi papa y sus amigos se hacían en cada una de las esquinas de la pista por si necesitaba ayuda, así recorrí muchísimas ferias compitiendo.
Luego mi padre comenzó a juzgar y bueno ahí recorrí aun mas ferias acompañándolo recuerdo mucho cuando le tocaba juzgar con don Eduardo Meza Q.E.P.D. quien me ponía a su lado en la pista y me iba enseñando lo que él iba viendo de cada caballo, créanme que fue tremenda experiencia.
Mi padre fue fundador de cabalgar y su primer presidente, es más los estatutos se hicieron en el comedor de mi casa, ahí los hizo mi padre y al día siguiente viajo a Bogotá a inscribirla ante el Ministerio de Agricultura si mal no estoy… ahí nació a la vida jurídica CABALGAR.
Un día compramos una yegua hija de faraón el viejo (el de los segrera lemaitre) y le pusimos a Jr Coqueto y nos nació una potranca que nos lleno de satisfacciones se llamaba Nefertiti y ahí comenzamos a criar de a poquitos, un día en un accidente en un camión se nos murieron todas las yeguas del pie de cría y los potros, y nos retiramos por un tiempo.
Como esta es una enfermedad que nunca se termina de quitar, un día cualquiera compramos dos yeguas de nuevo donde los Hermanos Segrera Lemaitre y comenzamos junto con un tío, hermano de mi padre, lo que hoy es el criadero la trinidad, que primero estaba en Cartagena y hoy está en Subachoque, Cundinamarca y bueno es poco más o menos la historia de cómo me hice caballista y criador.