Estimados amigos caballistas: ¿A dónde vas, Paso Fino Colombiano?, es la pregunta que resume las inquietudes y comentarios que he podido escuchar tanto en Colombia como en Europa.
Por Jan Kubesa
El panorama caballista en Europa
En Europa, el caballo tradicionalmente era un instrumento para el trabajo pesado en el campo y era un medio de transporte para los soldados hasta hace unos 100 anos. En los últimos 50 anos surgió la ola de varias disciplinas deportivas, carreras planas, steeplechase, salto y dresura europea que reclama ser la continuación de la equitación clásica. Los que practican todas estas actividades tienen sus razas preferidas, según las predisposiciones para tal actividad.
Aparte de estos caballistas existe otra cantidad que prefiere otras actividades, más naturales y con cercanía a la naturaleza. Por eso, hace unas dos o tres décadas tuvo gran éxito la importación de caballos norteamericanos –cuarto de milla, paints y appaloosas– por ser caballos naturales, fuertes y resistentes, ideales para cabalgar sin importar el terreno, ni lo largo del viaje.
Lo que esperan, y siguen buscando muchos caballistas europeos, es un caballo de verdad natural, práctico, para la familia, de buen carácter para confiarle en cualquier circunstancia, que lo pueda montar cualquiera persona de la familia, que sea resistente a cabalgadas prolongadas y lo más cómodo posible.
Si partimos de lo que afirman los caballistas colombianos –que el Paso Fino Colombiano es el mejor caballo de silla del mundo– y del concepto de caballo de silla como: “Un caballo que cumple con su función elemental de transportar al hombre para cubrir grandes distancias más rápido que a pie, que ayuda al hombre a realizar los trabajos del campo como cualquier otra raza de una manera más suave en comparación con otras razas equinas y que pueda ser montado por cualquier persona”, es fácil concluir que el Paso Fino Colombiano representa la mejor opción para los caballistas europeos.
Muy pocos tienen Paso Fino Colombiano y contados en los dedos de una mano lo evaluan y lo entienden. Los interesados preguntan: ¿realmente existe la raza Paso Fino Colombiano?
Eso tiene sus razones:
Desconocimiento de la raza Paso Fino Colombiano.
Ese desconocimiento tiene dos motivos:
Hay muy poca información en los libros de caballos sobre Paso Fino Colombiano, ya que la mayoría son de origen inglés o alemán. Además, usan como recursos las informaciones incorrectas y confusas de Estados Unidos. Existen dos razas equinas "Paso Fino Colombiano y Paso Fino Portorriqueño" distintas por su evolución, conformación y por la forma como llegan al andar Paso Fino.
Nivel económico: con la masiva propaganda de la mezcla de caballos bajo el nombre de Paso Fino registrados en la PFHA, crean la falsa imagen de que son los duenos de este tipo de caballos. Sin saber que existe Paso Fino Colombiano, los caballistas de Europa se dejan convencer y compran unos caballos de dudosa calidad, mestizos y pintos.
El mercado que más crece y que más potencial tiene para el futuro es de caballo hobby para las familias.
Esta situación es muy positiva para el caballo criollo colombiano que puede cumplir con estas espectativas y satisfacer a los caballistas europeos. Por eso, sería muy recomendable que los criadores colombianos actúaran rápidamente para organizar una propaganda fuerte y masiva de sus caballos en Europa y distinguirlos de las demás razas por laterales.
El Paso Fino Colombiano no ha sido declarado formal y oficialmente como una raza equina aunque indiscutiblemente existe: los caballistas europeos no entienden por qué las autoridades estatales colombianas no han declarado al Paso Fino Colombiano como una raza. Declarar una raza propia es un asunto autónomo, de la soberanía de cada país. Indudablemente, el Paso Fino Colombiano transmite sus características básicas a las nuevas generaciones. No entendemos cómo no ha sido declarado una raza.
No existe estándar escrito oficial de la raza: es otro hecho que no entiende el mundo Europeo, ya que todas las especies tienen descritas por lo menos sus características más importantes para mantenerlas e identificar las razas fácilmente. Para proteger con eficacia a la raza colombiana sería clave declarar los registros y las genotipificaciones del archivo de Fedequinas y sus asociaciones como los únicos válidos.
En la actualidad, hay un evidente riesgo para el Paso Fino Colombiano, ya que podrían cruzarse con mestizos criados en otros países, que si bien los registran como Paso Fino, evidentemente que no lo son. Por eso, Fedequinas no puede aceptar los registros de Paso Fino expedidos en otros países y por otras organizaciones.
La poca publicidad de Paso Fino Colombiano en Europa.
No hay ninguna publicidad sobre la raza. Ni las entidades caballistas colombianas, ni los criadores han desarrollado estrategias publicitarias. Las únicas presentaciones de la raza Paso Fino Colombiano y los seminarios los hicimos en nuestro país. Sería importante que Fedequinas promocionara el Paso Fino y las otras modalidades colombianas en Europa.
El transporte directo Colombia - Europa
Un obstáculo serio para el comercio de los equinos colombianos hacia Europa es el transporte. La Comunidad Europea, lamentablemente, no permite el transporte directo entre Colombia y Europa. Los que quieran comprar caballos en Colombia tienen que someterse a unos trámites complicados, costosos y largos. El transporte aéreo de un solo caballo de Colombia a la Comunidad Europea vale alrededor de USD$20.000 y los caballos colombianos tienen que pasar cuarentena en otros países para poder ser transportados a Europa. Es decir, una cuarentena de exportación en Colombia, transporte aéreo a otro país, otra cuarentena allí y otro transporte aéreo al país europeo. Además de los altos costos económicos, los riesgos son elevados. Sería muy útil que las autoridades colombianas, el ICA o el Ministerio de Agricultura hicieran algo para abrir los mercados y promover estos magníficos animales en el mundo.
Preguntas y dudas concretas de interesados europeos
A pesar de los inconvenientes, gracias al esfuerzo de algunos caballistas europeos y de sus amigos colombianos se ha despertado el interés por el Paso Fino Colombiano. Toca subrayar su interés primordial por encontrar caballos útiles, que sean prácticos y eficientes como medio de transporte. Igualmente, que tengan un andar natural, que se puedan montar sin necesidad de cambios artificiales. Por otro lado, los europeos manifestaron su fuerte descontento con la presentación de Símbolo del Besilu en la Copa América 2000, con su cuello deformado y andar artifical recortado y descoordinado. Igualmente, a Joyero III lo presentan como una caricatura de Paso Fino Colombiano, en contra de la naturalidad del caballo.
En cambio, a los Europeos les causó muchísimo interés la información sobre el viaje de 965 km realizado en 8 días por Guillermo Londono –con finos y trochadores–. Eso despertó mucha admiración en los caballistas europeos y para ellos es una referencia mucho más importante que la artificialidad vista en las pistas. En los seminarios de Paso Fino Colombiano que hemos realizado, el concepto de los caballistas era unánime: muchísimo aprecio y admiración por lo que mostraban Resorte III, Resorte IV -derrotando a Bochica en Medellín en 1984-, Rescate con Óscar Cardona, el duelo entre Castellano y Amadeus en Manizales en los 80, las presentaciones de Tupac Amarú con Ítor Montero.
Varios conceptos de caballos de paso
En el caso del paso peruano, el énfasis se pone en la utilidad del caballo como medio de transporte. Tiene que cumplir con dos características básicas: cubrir eficazmente el terreno y ofrecer comodidad a su jinete. No existe ninguna tendencia para recortar artificialmente el paso peruano.
El Paso Fino Colombiano tradicionalmente fue un caballo eficaz y cómodo, sus criadores han sido capaces de criar el caballo más suave del mundo debido a que puede ejecutar el paso fino isocrónico.
Puerto Rico es una isla pequeña (solamente 180 x 64 km), con distancias cortas y sus montañas no se pueden comparar con las de los Andes. Por eso, allí evolucionó otra raza de caballos, diseñados para recorrer distancias relativamente cortas y más que un caballo útil, los criadores buscaron vistosidad en las exposiciones. Por eso, son ejemplares de show.
Existe el consenso general de que el mejor caballo de silla es el colombiano. Al problema que está afectando su cría y su uso contribuyó el hecho de que, junto con su caballo, los caballistas colombianos lamentablemente no exportaron también su cultura caballista, su chalanería, su forma de adiestrar, montar y presentar sus caballos.