Muchas gracias por sus comentarios.
En San Germán siempre hemos tenido una fe inquebrantable en Farallón. Por su tamaño, por su naturalidad, por su conformación, por su timbre y potencia, por su ascendencia y por su homocigosis al Arco y a Consul. Ahora que sus crías nacen y se forman de esa manera, pues la fe crece con razones, con hechos.