Como todo, el tema se ha vuelto político, y este alcalde, como buen político y para evitar mayores confrontaciones prefiere hacer lo que todos ellos hacen: Ni lo uno, ni lo otro, todo lo contrario.
Las cabalgatas si se van a acabar, por lo menos en las principales ciudades. El tema de traer el campo a la ciudad no es muy bien visto por muchos, y más aun si se trata de nuestro único e irrepetible caballo criollo.
Les aseguro que si anuncian que el desfile se va a realizar con caballos de alta escuela, cuartos de milla, PRE, de polo y de salto, no habría tanta resistencia, odio y resentimiento como el que reflejan los animalistas y la mayoría de la sociedad colombiana hacia el caballo colombiano, bueno digamos que no es hacia el CCC si no a nosotros que lo hemos preservado.
La causa de este odio y resentimiento es clara, todos sabemos que representa para la memoria y el ojo de los colombianos alguien montando un CCC: Para ellos todos somos unos criminales, nuevos ricos, corronchos y ordinarios, borrrachos y putañeros que salimos a las cabalgatas a chicanear de nuestros caballos y de la niña de turno que llevamos al lado, casi que en bola montando caballo prestado.
Solo darle una leída a los foros de los periódicos en donde se toca el tema. Es tenebroso el odio que nos tienen.
Lo que no saben o no quieren entender esos enemigos de las cabalgatas y del CCC, es que la gran mayoría de los que tenemos tradición cabalgatera somos gente sencilla, humilde, amable, trabajadora, honesta, familiar y sobre todo educados en lo que se refiere al trato para con el caballo, su cuido, el cariño que el tenemos y como lo sabemos llevar para que no se nos reviente en una cabalgata. El daño nos lo ha hecho esa minoría que nos hacen quedar a todos como unos patanes.
Así que amigos, yo he pasado del optimismo al pesimismo, como lo dijo el presidente Nixon: “Si pierdo a Walter Cronkite perderemos Vietnam”, refiriéndose al comentario que este reportero estrella de esa época lanzó al aire afirmando que esa guerra se iba a perder.
Así que yo digo: Si perdemos la Cabalgata de Las Flores, perderemos el resto de cabalgatas.