Noticias Generales | Marzo 23, 2020

Dolor de dorso en el caballo

SC
Por: susCaballos

Por Equinvest Nutricion Equina

Tradicionalmente, el caballo ha sido domesticado para ayudar al hombre en el desempeño de tareas agrícolas. Con el paso del tiempo, ha evolucionado a ser un animal dedicado, en muchos casos, exclusivamente al deporte. Ha pasado de vivir en libertad y pastar más de 14h al día, a llevar a personas encima mientras debe realizar una serie de movimientos y ejercicios determinados y estos movimientos producen dolor de dorso.

Por ello es muy importante tener en cuenta que el dorso, que es la zona en la que el jinete se sienta, se encuentre en buenas condiciones y saber detectar cuando puede haber un problema.

LA IMPORTANCIA DEL DORSO EN EL CABALLO

El dolor de dorso en el caballo es una lesión frecuente, sobre todo en caballos de deporte de alto rendimiento.

Esta zona anatómica es una estructura compleja formada por nervios, músculos, tendones, ligamentos, cartílagos y huesos. En la zona central de esta estructura cubierta por las vértebras, encontramos la médula espinal. Todo movimiento que realiza el caballo, desde la cabeza hasta la cola, se origina en los nervios de la médula espinal que mandan la información a los músculos de la zona dorsal y cervical. Desde aquí se trasmite el movimiento al resto de las estructuras musculares del cuerpo.

dolor de dorso

La columna vertebral se puede comparar a una “cuerda y arco”, donde el “arco” es la columna rígida y la “cuerda” incorpora los músculos y ligamentos que sostienen la columna vertebral. No es de extrañar entonces que el dolor que se origina en cualquier estructura del dorso pueda tener efectos en todo el cuerpo del caballo, y viceversa. Además, este dolor inhibirá los movimientos del caballo, limitará su capacidad de realizar determinados ejercicios y afectará a su actitud hacia el trabajo.

¿COMO PODEMOS DETECTAR EL DOLOR DE DORSO?

Cuantificar el grado y la localización precisa del dolor en los animales no es tarea fácil. Por ello, en cuanto sospechamos que nuestro caballo sufre dolor de dorso, lo más indicado es contactar con el veterinario.

Las lesiones en el dorso son procesos complicados de detectar, ya que muchas veces se manifiestan como una bajada del rendimiento general del animal. Por otro lado, algunos caballos parecen tener un rendimiento satisfactorio a pesar de presentar un dolor moderado en la zona. A todo lo anterior se suma que algunos caballos de forma fisiológica tienen esa zona más sensible. La palpación puede generar una reacción exagerada y ser interpretada como un síntoma de dolor.

Para saber de dónde vienen las molestias, el veterinario estudiará la historia clínica del caballo. Ésta engloba toda la información sobre el manejo, el tipo de entrenamiento, el rendimiento y eventuales patologías previas. Es muy importante saber esto en animales nerviosos ya que son más propensos a sufrir lesiones en esta zona. Esta patología puede, incluso, provocar cambios muy progresivos y negativos en el comportamiento del animal.

Por otra parte, el veterinario buscará los síntomas que hagan sospechar que el caballo sufre esta patología. Podemos encontrar signos clínicos en el manejo “pie a tierra” como pueden ser: dificultad para levantarse, negación a levantar las extremidades para la limpieza de los cascos, dolor al poner la silla y al apretar la cincha e incluso en el cepillado.

A la hora de la monta encontraremos síntomas como disminución del rendimiento, dolor y resistencia ante la monta del jinete, incapacidad para impulsar los pies durante el trabajo, pérdida de flexibilidad para realizar ejercicios laterales, “botarse” o presentar resistencia en el entrenamiento, negarse a realizar algún ejercicio e, incluso, realizar movimientos bruscos de cabeza y de cola.

EXAMEN VETERINARIO

El examen veterinario incluirá:

1.       Inspección visual.

La inspección visual constará en primer lugar de observar al caballo paseando a la mano para detectar cualquier anormalidad al paso. En esta fase podemos detectar caballos a los que les cuesta realizar giros o que arrastran las extremidades. Posteriormente, se observará al caballo a la cuerda al trote y al galope donde se podrán detectar cojeras, fallos en los cambios de ritmo, rehúse a trotar y/o momentos en los que arrastran las extremidades.

También es muy interesante que se inspeccione visualmente al animal durante la monta; tanto al principio, durante el calentamiento previo, como una vez iniciado el trabajo. No sólo es importante para ver reacciones en él cuando se le carga peso en la zona si no también cuando se le pone la silla o se le cincha.

2.       Palpación de la columna vertebral.

Con la palpación y manipulación de la columna el veterinario detectará si existe restricción de movimientos o hipersensibilidad en la zona del dorso. Para ello, valorará los movimientos de flexión, extensión y la movilidad lateral.

3.       Manipulación de la columna vertebral.

Una vez realizado este examen, el veterinario realizará una serie de pruebas diagnósticas que asegurarán un tratamiento posterior más preciso. Entre esas pruebas podemos encontrar desde radiografías y ecografías hasta gammagrafías. Esta última se deberá realizar en un hospital con la maquinaria e instalaciones necesarias.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN

Para prevenir la aparición de esta patología podemos realizar cambios en el manejo diario y en la monta del animal. Algunas de estas medidas pueden ser calentar el dorso del caballo a la cuerda antes de colocar peso sobre él, usar salva dorsos y asegurarnos antes de realizar un ejercicio intenso que la masa muscular de la zona dorsal esté bien desarrollada. También se deberá revisar la boca del animal, ya que algunas anomalías dentales pueden dar lugar a molestias en la zona del dorso por cabeceo excesivo o por mala colocación de la cabeza y cervicales durante el trabajo.

(Caballo con zona dorsal poco desarrollada)

dolor de dorso

El tratamiento para el dolor de dorso es muy amplio. El veterinario puede recomendar únicamente descanso al animal (en prado o paddock) o realizar otras terapias medicamentosas como la administración de antiinflamatorios orales, intravenosos o por medio de infiltraciones. También se puede optar por terapias complementarias como la fisioterapia, osteopatía,tratamientos naturales o suplementos calmantes.