Noticias Generales | Junio 04, 2020

Laminitis, prevención y cuidados

SC
Por: susCaballos

En términos médicos la laminitis se define como una inflamación aséptica difusa de la membrana queratógena del pie del caballo.

¿QUÉ ES LA LAMINITIS?

En términos médicos la laminitis se define como una inflamación aséptica difusa de la membrana queratógena del pie del caballo.

Dicho en otras palabras, se trata de una inflamación de las láminas interiores del casco.
Su origen más común se encuentra en los típicos traumatismos que puede sufrir nuestro animal (mucho trabajo después de mucho descanso, mucho tiempo parado inmóvil, herrados mal aplicados…). También puede venir causado por enfermedades infecciosas, después de un parto algo complicado o simplemente pueden tener un origen alimenticio, después de los cólicos, producidos por sobrecarga alimenticia, que producen intoxicaciones (de hecho es el tipo más común de laminitis).

Los cascos de las extremidades anteriores son invariablemente los más gravemente afectados, la razón se encuentra en que estos cascos delanteros soportan una mayor proporción del peso del caballo (se calcula que alrededor del 65%). Debemos tener en cuenta que se trata de una enfermedad que resulta extremadamente dolorosa para el caballo, un dolor que se incrementará al colocar peso sobre las extremidades anteriores.

Esto no quiere decir, claro está, que no pueda aparecer en las extremidades posteriores; esto también sucede y en este caso el caballo tratará de colocarse en una postura especial, con la cabeza echada hacia delante para aliviar el dolor.

Asimismo conviene saber que el peso influye también de forma notoria en el desarrollo de esta dolencia; así los caballos grandes y pesados suelen afectarse más gravemente por laminitis.

POSIBLES CAUSAS

Las posibles causas de laminitis son varias, casi siempre controlables por el cuidador.

Señalaremos las más importantes:

– Alimentación incorrecta: un cambio en la dieta, en el que se introduce una alimentación mucho más rica o bien a un exuberante pasto nuevo.

– Plan de trabajo inadecuado: mucho trabajo después de largas jornadas de descanso, escaso descanso… Principalmente viene provocado por un sobreesfuerzo.

– Existe también la denominada infosura de parto, causada principalmente por haber quedado la placenta dentro.

– Podemos hablar además de la infosura de asfalto, producida cuando un animal desherrado se escapa y galopa durante horas sobre asfalto o terreno similar, esto produce un desgaste excesivo por abrasión .

– Otra causa corriente es cuando el animal sufre un cólico, esta enfermedad produce unas toxinas que contamina la sangre y puede ser causante de este mal.

SÍNTOMAS

Cuando un caballo sufre laminitis los síntomas que manifiesta se presentan en forma aguda. Veremos a continuación los signos que nos deben poner en alerta:

Cojera: El primer signo obvio de laminitis es la cojera.

Postura descompensada: Cuando el animal sufre de laminitis, realizará una marcha extraña como si pisara agujas, apoyando solamente los talones y realizando pasos cortos y rápidos. En casos más graves puede incluso negarse a caminar y se quejará al pisar, levantando la extremidad que se encuentre más afectada. También pueden querer no estar de pie en absoluto y prefieren acostarse.

Con el fin de aliviar el dolor, desplazará el peso en las extremidades menos dañadas, consecuentemente estas zonas acabarán por verse también afectadas. En el caso de caballos con laminitis crónica pueden estar realizando esta actividad de alternancia durante mucho tiempo (meses e incluso años).

Dolor a la presión: Si su caballo es repentinamente más sensible al presionar el casco es otro indicador de que algo no va bien.

Cambios en la forma del casco: La laminitis hará que el casco se vea más deformado.

Calor: La inflamación emitirá calor. Si usted comprueba la zona de los cascos notará una gran temperatura en ellos especialmente alrededor de la banda coronaria.. Por supuesto también habrá que comprobar otro tipo de síntomas más generales como la aparición de fiebre, inapetencia a la hora de comer, estreñimiento…

La evolución de esta dolencia puede ser rápida, de 48 horas a 2 semanas y, si no se ponen los remedios necesarios a tiempo, puede llegar a resultar crónica.

ESTADO DE LA ENFERMEDAD

Se puede hablar de tres fases en el desarrollo de la laminitis. En primer lugar hablaríamos de una primera fase de desarrollo, en la que se produce la separación de las láminas. Durante esta fase de desarrollo y antes de la manifestación clínica del dolor, el caballo presentan generalmente problemas en uno o varios de los siguientes sistemas: digestivo, respiratorio, reproductor, renal, endocrino, musculoesquelético, tegumentario e inmunitario. En ocasiones resulta imposible detectar la existencia de la fase de desarrollo: cuando se descubre la dolencia, el animal se encuentra ya en la fase aguda sin que se hayan detectado problemas anteriormente.

Tras esta fase, se desarrollará fase aguda, que empieza con la aparición clínica de dolor y con cojera al trote y durará hasta que la aparición de los signos clínicos (generalmente radiológicos) de desplazamiento del tejuelo. Tras esta fase el caballo podrá recuperarse por completo o bien desarrollar una laminitis crónica.

La fase crónica tiene una duración indefinida. Sus síntomas incluyen desde una cojera leve y persistente a un dolor intenso continuado, mayor degeneración de las uniones laminares, incapacidad para mantenerse de pie, deformación del casco y desprendimiento del mismo.

Efectivamente, existe la laminitis crónica, la cual se caracteriza por la rotación de la tercera falange, la convexidad de la suela y la dismorfosis de la muralla (zapato chino), a veces la suela se perfora y entonces el problema se complica siendo en este caso muy grave. Esta laminitis surge tras una mala curación, que provocará el arrastre de la dolencia a lo largo de los años. Un caballo con laminitis crónica podrá seguir trabajando, si bien requerirá de una gran cantidad de cuidados, sin llegar a forzarlo en ningún momento y poniendo especial atención al trabajo del herrador.

LOS RIESGOS DE LA PRIMAVERA

la primavera trae lluvias y mayo campos verdes y exuberantes. Cuando la hierba sale de su letargo invernal con la subida de temperaturas y el cambio de estación se llena de azúcares. Dependiendo de las especies, contienen diferentes cantidades de azúcares. Glucosa, sacarosa, y fructosa se producen a través de la fotosíntesis para ser utilizadas por la planta como energía para su crecimiento.

El exceso de estos azúcares se almacena en forma de almidón y fructanos que se conocen como carbohidratos no estucturales. Los problemas de dietas ricas en carbohidratos y laminitis son frecuentes por lo que debemos adaptar poco a poco la alimentación y el entorno del caballo.

En esta situación no es aconsejable tener a los caballos de 24 a 7 horas en el pasto sobre todo en ejemplares propensos a la laminitis, caballos obesos etc.

cuando las temperaturas del día y la noche fluctúan menos y las diferencias no son tan acusadas los niveles de fructanos bajan por la noche y se vuelve más segura para la manada pastar en los campos a esas horas.

Es esencial también vigilar que nuestros caballos se encuentren en el peso correcto, pues el sobrepeso es otro factor que multiplica el riesgo.

TRATAMIENTO

Es muy importante asegurarse de que su caballo esté siendo alimentado con la dieta correcta para su ***** de vida. Ni que decir tiene que, en caso de que observemos los síntomas antes descritos en nuestro caballo, deberemos acudir de inmediato en busca del veterinario, quien determinará exactamente los pasos a seguir.

Además, el cuidador deberá tomar una serie de precauciones:

– Reducir de forma drástica la comida.

– Aplicar calor.

– Colocar el casco en una solución caliente de sulfato de magnesio (que verteremos sobre un cubo).

– Vendar la zona, sin apretar.

– Para paliar el dolor podemos disolver unas cuantas aspirinas (alrededor de cinco) en un poco de agua, las mezclamos con miel y harina y untamos toda esta mezcla en la lengua cada cuatro horas hasta que el veterinario nos de un analgésico más adecuado.

A partir de aquí el trabajo deberá dejarse en manos del veterinario, quien determinará el alcance de la dolencia, tras la realización de diferentes pruebas. En caso de que nos encontremos con una laminitis aguda, el tratamiento más habitual consistirá en inyectar inmediatamente antihistamínicos de 27 mg x 50 kg. de peso, además de cortisonas de 100 a 600 mg.

Asimismo deberemos ayudar al funcionamiento del intestino, para lo cual es necesario utilizar laxantes y colocar al animal en camas muy mullidas.

También se inyectan 300 mg de corticoides en cada vena del pié y se aplica un torniquete para así asegurar su permanencia en la red venosa arterial durante una hora.

En caso de que la laminitis sea crónica, se aplica un herraje patológico, evitando tocar los talones.

Deberemos tener la precaución de limpiar el pie diariamente, hacerle baños de cal con sulfato de cobre al 10% y luego lubricar con alquitrán vegetal y grasa (ungüento del pie). Para endurecer la suela, también está muy indicado sumergir el o los pies en nafta o gasolina, dejar 10 minutos y, una vez secos, aplicar ungüento. Se observará que a medida que crezca el caso ( 1 cm por mes) se logra la recuperación total en unos 6 meses.

En los casos más agudos el veterinario puede recomendar un estricto régimen alimenticio, consistente de pasto, leche, afrecho, etc.

IMPORTANTE: Consultar a su médico Veterinario
Articulo tomado de: https://www.a-alvarez.com/