Noticias Generales | Junio 16, 2020

Consejos de doma: Dar cuerda al caballo

SC
Por: susCaballos

Dar cuerda a un caballo es uno de los primeros pasos en la doma de este animal y un ejercicio que se desarrollará a lo largo de todo el trabajo que se realice con él.

Los beneficios de este ejercicio son múltiples tanto para el caballo como para el cuidador y por eso resulta tan importante saber realizarlo con corrección.
Dedicaremos el artículo de este mes a aprender cómo dar cuerda a su caballo para que tanto animal como domador disfruten y aprendan.

Beneficios de dar cuerda

Dar cuerda es un aspecto vital del trabajo con caballos, sumamente beneficioso.
Si el domador realiza el ejercicio correctamente, podrá conseguir con él:

  • Mejorar la coordinación del caballo.
  • Desarrollar su equilibrio.
  • Aumentar su flexibilidad.
  • Mejorar su condición física general.
  • Entrenar el carácter del caballo, influyendo directamente en su temperamento: a la cuerda el animal debe aprender a respetar, confiar y obedecer a su domador.

Consejos

  • Nunca trate de enseñar a un caballo a dar cuerda si usted no sabe hacerlo previamente de manera correcta. Practique primero con animales experimentados, que le servirán para saber cómo hacer en cada situación.
  • Tenga en cuenta que se necesitan varias sesiones hasta conseguir que el caballo aprenda correctamente. No pasa nada si al principio no describe una buena trayectoria, poco a poco lo irá consiguiendo.
  • Cuando el caballo vaya bien, podremos intentar darle cuerda sin la ayuda del poste.
  • Los círculos pequeños son una carga para el caballo, téngalo en cuenta y sepa que un potro jamás deberá trazar un círculo menor a 20 metros de diámetro.
  • En las primeras lecciones con un caballo siempre es recomendable contar con un ayudante, aunque el domador cuente con sobrada experiencia.

Dónde dar cuerda

Precisaremos de un terreno que sea lo suficientemente grande como para poder realizar un círculo de 20 metros.
Puede ser tanto al aire libre como en una zona cerrada, pero lo más importante es que resulte un lugar tranquilo para que tanto domador como caballo se concentren en la tarea que están realizando.
Procuraremos que no sea un terreno con pendiente ni que cuente con elementos que puedan estorbar o entorpecer el andar del caballo.

El uso del poste

La existencia de un poste en medio de la pista de trabajo es muy importante puesto que servirá, además de como punto de referencia para el domador, como un elemento de gran ayuda cuando tengamos problemas para el cambio de mano o simplemente para los potros que se estén iniciando.
Para hacer un cambio realizaremos los siguientes pasos:

  • Nos acercaremos al centro.
  • Tomaremos la cuerda con la mano contraria, por el otro lado del poste.
  • En todo momento deberemos buscar la grupa, que es el punto de impulsión del animal.
  • Guiamos la cara del caballo hacia el centro, sirviéndonos del poste y comenzamos nuevamente la impulsión desde atrás.

Equipo para dar cuerda

Los elementos que se necesitan para el correcto desarrollo de este ejercicio son:

  • Cabezada de filete: preferiblemente de filete simple, grueso. La muserola será normal o alemana. Si se mantienen las riendas se enroscarán y se sujetarán con el ahogadero.
  • Cabezón para dar cuerda: posee una muserola acolchada con 3 anillas metálicas en el centro y unos montantes. Se coloca encima de la cabezada de filete, ajustándose bajo la barbada como una muserola alemana o por encima del filete como una normal. Engancharemos la cuerda con el mosquetón a la anilla central de la muserola.
  • Cuerda larga, de unos 10 metros. Deberá ser de lona o nylon, con un gran asa en un extremo y un mosquetón giratorio en el otro. Se utiliza para mantener un contacto ligero y consistente con el caballo.
  • Riendas de atar (fijas), que medirán unos 2 metros y tendrán un mosquetón a un extremo y una hebilla en el otro (que deberá ser ajustable).
  • Cinchuelo, con anillas en ambos lados, para sujetar las riendas de atar.
  • Petral, para evitar que el cinchuelo o la montura se deslicen hacia atrás.
  • Montura, con su sudadero.
  • Protectores en las extremidades del caballo, para evitar cualquier lesión.
  • Tralla, con longitud suficiente para poder alcanzar al caballo. Debe usarse como ayuda (para hacer avanzar al animal) y sólo en casos muy especiales, como castigo. Es importante que el caballo esté familiarizado con la tralla antes de empezar a dar cuerda, tolerando el roce en su costado y tercio posterior.
    La tralla deberá tocarle justo encima de los menudillos pero siempre despacio. Lo más normal es que la simple amenaza de la tralla con el movimiento o el ruido sea suficiente para hacer avanzar al animal.
  • Guantes de protección, que deberá llevar el jinete para evitar quemarse la mano en caso de que el caballo tire de la cuerda.

La técnica

Ni que decir tiene que el dar cuerda es un ejercicio complicado, que requiere de experiencia por parte del domador hasta conseguir realizarlo con perfección.
Lo primero que debe ser tenido en cuenta es:

  • Por parte del domador: la posición correcta, la cual vendrá definida por los siguientes puntos:
    • Cuerpo erguido.
    • Brazos relajados, con el antebrazo en ángulo recto con el cuerpo.
    • Piernas ligeramente separadas (lo que nos ayudará a mantener el equilibrio.
    • Deberá mantenerse en un ángulo de unos 35 a 40º con respecto al tercio anterior del caballo, en línea con sus caderas, mientras que la cabeza del animal se mantiene por delante.
  • Por parte del caballo: Nada más encontrarse en libertad (sobre todo aquellos animales que pasan mucho tiempo estabulados), el caballo comenzará a dar síntomas de su alegría corriendo, relinchando e incluso revolcándose en la hierba, pues bien, conviene que dejemos que haga todo esto durante unos minutos, sin censurarle en ningún momento.

A la hora de dar cuerda debe tenerse en cuenta que:

  • Debemos concentrarnos en el movimiento de los posteriores más que en el de los anteriores.
  • Caballo, cuerda y tralla deberán formar una especie de triángulo.
  • Tanto el jinete a pie como el caballo tendrán su pista, en el medio de la cual puede haber un poste. La pista del caballo será siempre la misma, mientras que la del jinete variará en función de la velocidad del caballo: a más velocidad, la pista será más pequeña (es decir, más cerca del poste o del centro); mientras que si el ritmo es lento, nos acercaremos al caballo agrandando así nuestra pista.
    Para estos cambios de pista resulta fundamental el trabajo de ir tomando y cediendo cuerda.
  • Resulta prioritaria la necesidad de mantenernos en todo momento proyectados sobre la grupa del caballo, puesto que si no lo hacemos correctamente corremos el riesgo de que el animal se pare ya que no notará la presión necesaria sobre su flanco, su cuello o su cabeza.
    En estos casos deberemos dar un paso atrás y extender nuestro brazo hacia la grupa, de inmediato el caballo comenzará de nuevo el movimiento.
  • Llevaremos la cuerda siempre con la misma mano a la que va el caballo.
  • El caballo realizará un verdadero círculo, mientras que el domador se quedará en su sitio, girando sobre un pie.
  • En cuanto al tiempo dedicado al ejercicio, dependerá del nivel de doma del caballo y de su condición física. A nivel general diremos que de cinco a diez minutos es más que suficiente para un potro o un caballo que se esté iniciando; un tiempo que iremos aumentando de manera gradual a medida que el animal va cogiendo experiencia.
    Debemos tener en cuenta que no se debe trabajar en exceso puesto que podemos caer en el error de que el caballo pierda entusiasmo o bien que se estrese.
  • Es necesario también enseñar al caballo a parar en el momento que le sea indicado. Al igual que ha aprendido que el “hoho” y las vibraciones sobre las riendas significan parar, deberá aprender que eso mismo deberá hacer cuando así se lo indique el domador desde la cuerda.
    Es normal que al principio el caballo no pare de inmediato, esto no tiene por qué ser por desobediencia, puede que tan solo signifique que no entiende sus indicaciones. Si ocurre esto se le puede acercar hacia una valla que no sea capaz de saltar o bien mantenerlo entre la tralla y la cuerda y dirigirlo hacia una pared que le obligue a parar.
    El caballo deberá parar sobre el trazado del círculo y el domador acudirá a él para alabar el trabajo realizado, darle algunas caricias, premiarle con golosinas…

Durante todo el trabajo, tenga en cuenta que la voz es la mayor ayuda de la que dispone el domador (si la sabe utilizar correctamente minimizará o incluso hará innecesario el uso de la tralla). Por medio de la voz debemos ser capaces de hacer avanzar, parar, calmar… En este sentido tenga en cuenta que el tono utilizado es mucho más importante que las palabras dichas. Como en todos los ejercicios, en la cuerda podemos señalar una serie de fases por las que deberemos ir pasando:

  • Con cinchuelo: que deberá estar ajustado. No pasaremos a la siguiente fase hasta que el caballo se mueva con total libertad con esta restricción alrededor del cuerpo.
  • Con silla: al principio quitaremos los estribos, luego los recogeremos y por último los dejaremos colgando normalmente para que el caballo se acostumbre a su roce.
  • Con riendas de atar: que se sujetan al cinchuelo o a la montura, a media altura del costado del caballo. Nunca deben utilizarse para forzar la cabeza del caballo en una postura determinada. Resulta peligroso que el caballo camine durante mucho tiempo con las riendas atadas, puesto que restringen el movimiento natural de la cabeza, dificultando el ritmo correcto

Objetivos de dar cuerda

Cada ejercicio que desarrollemos con nuestro caballo tendrá unos objetivos claramente definidos, que debemos conocer para poder comprobar si se cumplen o no.
El de dar cuerda es uno de los ejercicios que más objetivos puede cumplir, todos ellos de gran importancia para el animal:

  • Doma inicial del potro.
  • Reeducación de caballos resabiados.
  • Ejercitar caballos que pasan largas temporadas sin ser montados.
  • Relajar caballos nerviosos.