Aprendiendo de Caballos | Marzo 23, 2018

Lo que Nos Puede Ayudar Un Análisis De Sangre

SC
Por: susCaballos

Articulo

Una muestra de sangre proporciona muchos datos sobre la salud de nuestro caballo. A veces, nos encontramos con que el caballo se fatiga con facilidad o que el color de sus mucosas no es el habitual y varía, dependiendo de los casos, desde un color pálido a tonos ligeramente amarillos.

Una analítica puede servir al veterinario y al jinete como herramienta de diagnóstico en el caso de sospechar una enfermedad o también, como prueba de control cada cierto tiempo.

Un análisis de sangre junto a una correcta interpretación nos puede aportar mucha información sobre la salud de nuestro animal. Hay que trabajar en conjunto con el veterinario que toma la muestra y el laboratorio que hace el análisis y la interpretación, si realmente queremos recibir datos validos.

El análisis de sangre se utiliza como  herramienta de trabajo que nos permite llevar al caballo más cerca de sus límites de entrenamiento sin sobrepasarse y tener información sobre el sistema inmunológico. Es importante ayudar al caballo a que alcance una forma física óptima para correr, pero cuando se mete a un caballo en trabajo fuerte, siempre hay un riesgo de que el exceso de estrés produzca alguna lesión o enfermedad. En esta situación, un análisis de sangre puede ayudar en entender el estado físico real del caballo. En la cría, se pueden utilizar los análisis de sangre para asegurar la salud de la yegua y vigilar el estado de defensas del potro.

El punto de partida tiene que ser un análisis de sangre hecho cuando el caballo llega a la cuadra o al principio de la temporada. La mejor manera de controlar como debe estar el caballo, es hacer un seguimiento a largo plazo, comparando unos resultados con otros. Muchos veterinarios recomiendan que se haga un análisis de sangre cuando el caballo está puntero, para posteriormente, poder compararlo en otros momentos. Así podremos saber como debe estar el caballo  cuando empieza o termina la temporada o cuando está a punto de ir a competir, y no sólo cuando tenemos un problema.

El procedimiento que se utiliza para tomar la muestra de sangre es de suma importancia. Cuando pida un análisis de sangre, normalmente, el veterinario pasará a tomar la muestra a primera hora de la mañana. En función de los análisis que busquemos, el veterinario usará distintos tubos para la recogida. Entre estos podemos distinguir aquellos tubos de recogida que llevan anticoagulante (color morado, verde...) de otros que no lo llevan (color rojo).

Las pruebas que más se suele pedir son la Hematología en la que obtenemos información sobre glóbulos rojos, blancos, hematocrito y concentración de hemoglobina. O bien una Bioquímica si se sospecha de algún problema renal o hepático.

Los resultados serán más fiables si el caballo está en ayunas y sin haber trabajado, sin embargo, si al caballo al que queremos extraer sangre se encuentra en una cuadra con varios caballos y a los otros les damos de comer y a él no, sus valores se van a ver modificados debido al estrés que va a sufrir. En definitiva, que es mejor darle una pequeña ración para que no se excite y asegurarnos de que el veterinario sabe lo que ha tomado y a que hora. Para sacar un análisis con resultados fiables no debe haber comido ningún pienso por lo menos desde 3 horas antes de la recogida de la muestra. 

Si no se toma la muestra de manera adecuada o si caballo está recién trabajado, pueden verse modificados de manera importante los resultados y derivar en una interpretación incorrecta de los mismos. Por eso es muy importante dar al veterinario la ayuda necesaria para que pueda tomar la muestra en las mejores condiciones o informarle si hay una variación en los requisitos de la toma de dicha muestra.

Otros tipos de pruebas de sangre requieren otros procedimientos. Por ejemplo si quiere tomar una muestra para ver si el caballo padece la Enfermedad de los Lunes o Piroplasmosis o si quiere ver la capacidad de hemoglobina en el bazo, puede que sea necesario otro tipo de muestra, como una tomada en descanso y otra durante el trabajo o recién finalizado este. El veterinario le dará las instrucciones específicas de cómo debe estar manejado el caballo para poder extraer correctamente la sangre para los análisis.

El manejo de la muestra es otro de los aspectos que hay que tener en cuenta, ya que una vez que el veterinario recoge la sangre hay que mandarla lo antes posible al laboratorio, en las condiciones adecuadas… refrigeración, etc. El laboratorio debe estar especializado en manejar análisis de sangre de équidos y su interpretación. Si va a comparar diversos análisis, hay que tener muy en cuenta si todas las muestras han sido analizadas por el mismo laboratorio y con los mismos procedimientos.

La edad del animal es otro factor a tener en cuenta. Los valores de referencia de un potro o de un caballo adulto varían sin que exista enfermedad alguna. La raza de nuestro caballo puede ser otro de los factores que modifique estos valores. Entre las razas podríamos diferenciar claramente dos grupos bien diferenciados, las de sangre caliente y las de sangre fría. Los resultados también se ven afectados por el nivel de entrenamiento del caballo. Un caballo fuera de trabajo tiene unos perfiles diferentes a un caballo listo para una carrera.

El veterinario combina la historia clínica del caballo con los valores del análisis de sangre para una correcta interpretación de los resultados. En dicha interpretación, se fijará en el manejo del caballo, si está en competición, si ha venido recientemente de viaje, en su dieta, y definitivamente en el animal en sí, y entre otras cosas, estudiará el color de sus mucosas, como está de energía y ánimo en general, si muestra otro problema de salud (como cojera, laminitis, cólico, mioglobinuria), su estado de carnes etc.

Por ejemplo, si se encuentra una deficiencia o desequilibrio de minerales, la dieta del caballo puede que no sea la adecuada, también puede estar deshidratado debido a un viaje o competición reciente o puede que haya una falta de absorción intrínseca del propio animal debida a otro tipo de problema. Si no se tienen todos los datos, es casi imposible llegar a un diagnóstico correcto.

Para valorar la forma física de un caballo, el valor de hematocrito y la proteína es uno de los valores que más se utiliza. Con este dato nos podremos hacer una idea del grado de hidratación de nuestro caballo; dato este fundamental en los cólicos y en disciplinas de larga distancia como pueden ser las pruebas de RAID.

Con una muestra de sangre también se puede hacer una extensión y ver la morfología de las células. A veces un cambio de morfología lo podemos asociar con alguna enfermedad o incluso podemos comprobar la existencia de parásitos.

Una bioquímica nos proporciona algunas pistas sobre el funcionamiento del hígado y  de los riñones. La funcionalidad del riñón también se puede analizar con una muestra de orina. La creatinina y la urea  son los parámetros que se utilizan para evaluar los riñones. Sin embargo hay que tener en cuenta que la creatinina también es un metabolito muscular, y un aumento de la misma no tiene porqué indicar exclusivamente un problema renal. A veces, por ejemplo, podemos encontrar un aumento de la misma en un caso de deshidratación, por ello es imprescindible una buena historia clínica.

Para evaluar la funcionalidad hepática nos fijaremos en la concentración plasmática de enzimas tales como la GGT, la fosfatasa alcalina y la AST, aunque con ésta última tendremos que tener en cuenta que se trata de una enzima muscular, es decir también se puede ver afectada por problemas musculares como la mioglobinuria. En el hígado, el amoniaco sanguíneo es transformado en urea que posteriormente se elimina por la orina, por lo que un aumento de éste puede deberse a problemas hepáticos. La presencia de un nivel desproporcionado de amoniaco también puede surgir si la dieta tiene un exceso de proteínas, así que una vez más, hay que evaluar las circunstancias en que se encuentra el caballo.

Así que ojo, para tener una idea si el nivel de proteína en la dieta puede ser la correcta, hay que mirar los marcadores del hígado en los resultados del análisis, ¡el nivel de proteína en sangre no tiene que ver con el nivel de proteína en la dieta!

Unas mucosas amarillas (ictéricas) pueden estar asociadas con problemas hepáticos o enfermedades como la piroplasmosis. Para diagnosticar la existencia de esta enfermedad, común en España, y causada por un parásito que se trasmite por la picadura de la garrapata, hay que hacer un análisis específico.

Los caballos que realizan ejercicios intensos van a requerir más oxígeno que los caballos en descanso en el prado. Por eso, es normal encontrar en el PSI valores más elevados de glóbulos rojos, hemoglobina y hematocrito sin que impliquen enfermedad o deshidratación. Sin embargo los glóbulos blancos no suelen verse afectados en estos casos.

Con una muestra de sangre también se puede ver la respuesta del sistema inmunológico del caballo contra enfermedades como la gripe, la rinoneumonitis o la metritis contagiosa, no importa cual sea la causa de estas enfermedades, ya que unas están provocadas por virus y otras por parásitos.- Lo que detectamos es la respuesta del caballo ante estos agentes, midiendo los anticuerpos circulantes.

En caso de alergia también nos encontramos aumentados en la sangre un tipo determinado de anticuerpos (IgE). Sin embargo, en estos casos el diagnóstico y posterior introducción de una dieta de eliminación es imprescindible para confirmar el alergeno. Además, tendremos que tener en cuenta si el caballo está o no vacunado, ya que si está vacunado es normal que presente anticuerpos frente a la enfermedad sin haberla padecido.

A veces, tras haber exigido un esfuerzo a nuestro caballo, nos encontramos que está rígido o le cuesta moverse, incluso al día siguiente...  y parece que tiene agujetas; en realidad se puede tratar de mioglobinuria o la Enfermedad de los Lunes. Para poder diagnosticar esta enfermedad y evaluar la recuperación del caballo, recurriremos al análisis de sangre y observaremos los valores de las enzimas musculares que se encontrarán elevados debido a la rotura de las fibras musculares. Posteriormente y tras el tratamiento adecuado se realizarán analíticas sanguíneas para poder seguir evaluando los valores de estas enzimas.

Otros parámetros que se pueden determinar a través de una muestra de sangre son los electrolitos y los gases sanguíneos. Con el sudor se pierden muchos electrolitos, así como en problemas diarreicos, cólicos... etc. Por eso a veces es necesario realizar una correcta evaluación de los mismos, con el fin de administrar la fluidoterapia adecuada.

 

Cuando NO nos sirve un análisis de sangre

En este momento, una prueba de sangre NO ES un procedimiento fiable para saber el nivel de glucosa en sangre, ni si el caballo es resistente a la insulina. Existen en el caballo, variaciones importantes del nivel de glucosa e insulina durante todo el día, también  es distinta en cada individuo y además, está sujeta a la cantidad de azúcar o carbohidratos no estructurales que le suministramos en su pienso, cuándo comió por última vez, etc…

La Universidad Virgina Tech, líder en investigaciones relacionadas con la resistencia a la insulina recomienda una prueba de sangre “dinámica” en que se cogen muestras cada media hora durante varias horas y se proporciona insulina durante ese tiempo para observar cuanto tiempo tarda el organismo del caballo en volver a un nivel “normal” de insulina. En esta Universidad, están desarrollando unos procedimientos aceptados, que definen si un caballo es resistente a la insulina o no. Se está comparando esta información a nivel mundial, y poco a poco, llegaremos a una información que pueda ser utilizada por los veterinarios en su trabajo clínico normal. Por el momento, este proceso es complejo y todavía no se utiliza dentro de los análisis de sangre usuales.

Lo que tiene en común la interpretación de los análisis de sangre es su complejidad. Tiene que existir un historial clínico, un seguimiento de la salud del caballo y chequeos para asegurar que el diagnóstico y el tratamiento posterior es el correcto.

 

Escrito por:

Coby Bolger - www.Horse1.es- Centro de Nutrición Equina