Este es mi pueblo del alma.
Les recomiendo a todos los caballistas, se den la oportunidad de conocer este pedacito del cielo.
Su gente, su paisaje, su ambiente, sus ejemplares, su contagioso optimismos, su cultura, en fin de verdad que es un sitio inolvidable y créanme que es inigualable.
Si no es porque nuestros animales están a 32 horas de Pensilvania, no dudaríamos en participar de tan excelente feria.