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Cómo prevenir y detectar cólicos
« : Agosto 29, 2006, 04:39:22 pm »
La aparición de estos dolores agudos e intensos, originados en el aparato gastrointestinal –si no son tratados a tiempo– pueden ocasionar hasta la muerte del equino. Es importante realizar las medidas adecuadas para evitar que se produzcan y reconocer los síntomas.

EL EQUINO es la especie doméstica que sufre con mayor asiduidad las variadas consecuencias que ocasionan los cólicos gastrointestinales. Las personas que están relacionadas con los caballos, ya sea en el trabajo, el deporte o la reproducción entre otras actividades, conocen perfectamente las graves secuelas de los cólicos por haberlos padecido anteriormente su animal o por haber sido reconocido como el causal de la muerte de un caballo, dado que en esta especie es un motivo frecuente de mortalidad.

El cólico puede ser definido como la aparición de un dolor agudo, intenso y agotador en algunos casos, cuyo origen se encuentra en el aparato gastrointestinal. Las Ciencias Veterinarias conocen actualmente la percepción del dolor por parte de los animales y su respectivo tratamiento. En el caso del cólico equino se reconoce que el dolor va acompañado de un conjunto de signos anormales que comprometen al aparato circulatorio, al aparato respiratorio, al equilibrio hidroelectrolítico y, al no contar con una rápida y efectiva solución a este padecimiento, conducen directamente a un estado de deshidratación, shock y posterior muerte.

El motivo principal para que el episodio sea común en esta especie animal se encuentra íntimamente relacionado con múltiples y variadas causas, de las cuales las más importantes se consignan a continuación:

Características anatómicas de los caballos: el aparato digestivo está compuesto por un intestino con una longitud aproximada de 30 a 35 metros y una marcada variación en su tamaño. A esta particularidad debe sumársele la existencia de un estómago de reducida capacidad (8 a 15 litros), caracterizado por un rápido tránsito gástrico, lo que ocasiona que durante un día tenga que vaciar varias veces su contenido estomacal formado por alimentos, agua, saliva y jugo gástrico, enviando al intestino algunos alimentos con insuficientes grados de digestión.

Errores en la alimentación: fundamentalmente relacionados con la calidad y la cantidad de la ingesta suministrada a los caballos. Además, deberá tenerse precaución en no realizar cambios bruscos de la alimentación proporcionada como sucede, por ejemplo, con aquellos caballos que estaban siendo alimentados en una pastura y de repente se encuentran con una ración de granos.

Factores de manejo tales como realizar ejercicio excesivo, enfriamientos o administración de agua fría.

Suelen presentarse como consecuencia de la existencia de otras dolencias en el animal, es decir como enfermedades infecciosas o como enfermedades localizadas en el sistema urinario, reproductor, cardiovascular, nervioso, respiratorio o musculoesquelético.

Enfermedades parasitarias.

Trastornos intestinales que provoquen obstrucción del tránsito intestinal normal, como por ejemplo torsión o vólvulos.

Trastornos estomacales, como dilatación o ruptura.

Defectos en la masticación, la que debe ser lenta y cuidadosa, llevada a cabo por una cavidad bucal sana y con todos sus dientes en perfectas condiciones. Una masticación eficiente y completa es esencial para la posterior digestión y absorción de los alimentos.

COMO DETECTARLO

Las personas que se encuentran en contacto con los caballos deben saber reconocer el conjunto de signos y síntomas que se presentan en esta enfermedad, pues la demora o dilación en el tratamiento está muy relacionada con el pronóstico desfavorable del caso.

Como primer paso es importante la observación del equino durante algunos minutos, prestando especial atención a su estado general y al comportamiento o las actitudes que adopta, ya que el animal con un cuadro de cólico demostrará inquietud, dirigiéndose de un lado a otro del box o piquete donde se encuentre, escarbando o rascando el suelo. Por lo general, efectúan cambios frecuentes de la posición en que se hallan (acostarse y levantarse), el dolor es expresado a través de miradas angustiosas orientadas hacia los flancos, y en otros casos presentan tendencia a echarse, ya sea con cautela o bruscamente, y suelen revolcarse.

Otros signos para tener en cuenta durante la observación del paciente con cólicos son el tamaño que presenta el abdomen (aumento en uno o ambos lados), heridas y traumatismos en la cabeza o cadera ocasionados contra el piso o contra el box como consecuencia del intenso dolor, presencia de comida sin consumir en el comedero, ausencia de orina o materia fecal en la cama del box, modificaciones en la consistencia de la materia fecal y sudoración. Esta a veces es intensa y manifiesta, con importante pérdida de agua y electrolitos, que si no se reponen conducen a un estado de shock.

PASOS A SEGUIR

Una vez instaurado el proceso doloroso, "detectado" el mismo por los síntomas y reconociendo la importancia que desempeña para la vida del animal, sólo resta llamar con urgencia al veterinario. Es importante la intervención temprana del profesional para prevenir y adelantarse a posibles complicaciones, pues es bien sabido que a medida que progresa el dolor, es acompañado de variados trastornos en el organismo, por lo tanto, la intervención temprana va acompañada generalmente de un mejor pronóstico.

El veterinario determinará luego de un exhaustivo examen clínico, el diagnóstico y tratamiento respectivo, sea éste médico o quirúrgico, de acuerdo a la necesidad del caso. Además, evaluará el estado general del paciente, su grado de deshidratación y sus complicaciones, calmará el intenso dolor y tratará de restablecer el normal funcionamiento digestivo.

Existen ciertos trastornos del aparato gastrointestinal, cuyo tratamiento es estrictamente quirúrgico, puesto que si dicha cirugía no fuera efectuada, corre serio peligro la vida del caballo. La evaluación clínica y la decisión del tratamiento quirúrgico realizado en un estado precoz de la dolencia están íntimamente relacionadas con el éxito en los resultados obtenidos en la cirugía. El equino con un cólico presentará signos que se acentuarán a medida que transcurre el tiempo desde que comenzó el proceso y que configuran factores determinantes en la decisión de la remisión quirúrgica del animal.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Se deben disminuir las causas principales que predisponen a desencadenar dicho cuadro, como, por ejemplo, se procurarán corregir las alteraciones en los dientes para facilitar una buena masticación, deberán efectuarse tratamientos periódicos contra los parásitos gastrointestinales y se proscribirán las bebidas frías. También, deberá controlarse estricta y seriamente el racionamiento, recordando que los equinos son muy sensibles a los desequilibrios en la calidad y cantidad de los alimentos suministrados. En el caso del caballo estabulado, conviene repartir en varias tomas diarias la cantidad de alimento calculado en relación a la actividad realizada (energía).

Los caballos, por las características anatómicas y fisiológicas de su aparato digestivo, se encuentran impedidos de evacuar el contenido estomacal a través del vómito. Como mecanismo compensador ante tal imposibilidad, el estómago aumenta de tamaño (semejante a un "globo"), dilatándose reiteradamente con el consiguiente riesgo de la ruptura del órgano y la caída de ese contenido a la cavidad peritoneal, llevando a una muerte segura del animal.

PRONOSTICO

El pronóstico de un caballo que sufre de un cólico abdominal dependerá de la existencia de varios factores, entre los que se encuentran:

1) La causa: ya que si se debe a un aumento leve en la movilidad intestinal, el pronóstico será muy diferente de aquel enfermo que posea una obstrucción o torsión en el intestino.

2) La rapidez con que se reconocen los primeros signos o síntomas.

3) La implementación inmediata de un adecuado tratamiento, ya sea médico o quirúrgico, de acuerdo a la necesidad del caso.

4) La respuesta favorable al tratamiento efectuado.

5) La existencia de complicaciones generales que afectarán la evolución, como la deshidratación o el shock.

6) El restablecimiento de la normal fisiología gastrointestinal del animal.

EPÍGRAFES

La observación detallada del caballo y sus actitudes anormales, como escarbar o rascar el suelo (arriba) o acostarse y levantarse (izquierda), son distintos síntomas que hacen presuponer la existencia de un cólico.

Otras actitudes que merecen ser observadas son las miradas a los flancos (izquierda), el aumento del tamaño del abdomen (derecha) y la inquietud constante del animal (abajo).

En forma regular conviene revisar la forma de comer del equino porque al masticar la ración de alimentos en forma deficiente puede ocasionar el origen de un nuevo cólico.

El agua y las alteraciones en la alimentación del caballo (calidad, cantidad y errores en la administración) son también causas de cólicos.
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