Si Carlos Jorge, yo creo que tienes razón en que se presentan unos más propensos que otros, lo dices desde la observación continua de muchos casos. El análisis teórico confirmaría esas apreciaciones.
Leí el libro de Guillermo de Narváez, lo considero un aporte importante y es encomiable la labor de investigación que presupone esta obra.
Con respecto a los conceptos sobre genética, que fueron los que me movieron principalmente a su lectura, me resultó interesante, aunque infortunadamente la polémica que han suscitado sus principales promotores, la he confirmado. Es muy enfático en afirmar que el desplazamiento por laterales lo determina un solo gen y que este sería recesivo, hasta ahí no habría discusión, pero afirma que los ejemplares de diagonales, muy posiblemente heterocigotos con ese gen recesivo, no tienen ninguna posibilidad de caminar por laterales, y que si así lo hicieran, serían finos, dice que si Danilo alguna vez caminó fino era porque era fino.
La observación de la realidad contradice inequívocamente esas afirmaciones, es muy evidente la existencia de ejemplares de diagonales que son finosos, que se les moja la canoa como dice Carrusel, según De Narváez todo finoso sería en realidad fino, yo no lo creo, aunque pudiera ser. Esto dejaría a Timonel como un P4 que le gusta más trochar, como le puede pasar a cualquier fino.
Yo estoy creyendo en la teoría que he venido planteando, la cual consideraré válida mientras aparezca una disertación que con mejores argumentos la desvirtúe.
Había ya dicho: “Como tendríamos en los diagonales un gen recesivo del desplazamiento por ambladura, este resultaría enmascarado en los casos en el que el gen compañero es dominante y el fenómeno finoso no se presentaría; por el contrario, cuando la pareja de genes son ambos el gen recesivo, nuestro ejemplar sería fino, o sea que dos P3 nos pueden dar un P4, es asunto de probabilidades, en este caso muy altas infortunadamente; todos los diagonales pringados con Danilo podrían dar fino. El caso de los finosos, que trochan pero finean, estaría explicado en aquello de la condominancia, el tipo de acción génica que determina que el fenotipo sea intermedio, o sea que el gen recesivo no queda del todo enmascarado.”
Creo que la cosa sería de esa manera. Ahora puede ocurrir con muy alta probabilidad que tengamos ejemplares diagonales que han perdido el gen recesivo, los cruces entre estos jamás darían un finoso.
Si usamos, como lo hace De Narváez, la letra “p” para representar el gen recesivo de la ambladura, y “T” para el gen dominante de los diagonales, las posibilidades de cruces serían las siguientes:
TT con Tp, puede producir TT o Tp, los hijos serían diagonales.
Tp con Tp, puede producir TT, Tp y pp, podría haber hijos finos.
TT con TT puede producir solo TT
Y según esta teoría, los finosos se presentan por el fenómeno de la condominancia, que haría que los dos fenotipos se presenten en el mismo ejemplar.
Me queda un pregunta gigante, la del millón:
¿Existirá un examen de ADN que certifique que un ejemplar es, si o no, portador del gen de la ambladura?
Carlos Mejía