A todos los que estamos en esto de criar caballos nos toca sufrir las dificultades inherentes al sinnúmero de actividades necesarias para lograr una preñez.
El seguimiento al calor, la palpación para mirar el desarrollo de los folículos, determinar el momento de la inseminación, pedir el semen, la colecta del reproductor implica una serie de actividades de diferentes personas, la preparación del semen, el despacho, recibirlo, inseminar, seguimiento a la ovulación, palpación de verificación de preñez, y si hay transferencia de embrión hay otro montón de actividades críticas.
Todo lo anterior debe ser muy asertivo, no se puede fallar, un solo eslabón que no funcione se tira toda la cadena, cualquier falla implica una pérdida enorme de esfuerzos.
La información precisa y oportuna adquiere un valor preponderante, los descuidos son imperdonables.
Los mensajeros son un eslabón débil de la cadena, por su culpa se pierden muchos esfuerzos.
Acabo de estar cuatro horas en un aeropuerto de cuenta de una información descuidada de un mensajero, de paso ello implicó pérdidas de tiempo a una serie de personas que son parte directa del proceso y muchas que no lo son.
Del lado del que despacha el semen se requiere máxima acuciosidad para minimizar los errores.
Carlos Mejía