La picada de las colas de nuestros caballos suele ser un asunto controversial.
La semana pasada sometimos tres de nuestros ejemplares a dicho proceso no sin la incomodidad de pensar que íbamos a infligirles un maltrato solo para nuestro gusto, desde luego el criterio de mis compañeros de brega primó y ejecutamos el procedimiento.
Para mi sorpresa, dadas mis experiencias previas, estuve en presencia de un operación absolutamente limpia, rápida, poco sangrienta, y en condiciones de sedación ideales (en mi concepto) que los animalitos apenas si sintieron.
La recuperación, que había sido siempre mi mayor temor, ocurrió sin inflamaciones ni infecciones, en tres días ya no se apreciaba más que un pequeño rastro de las incisiones, los animales tranquilos y sin muestras mayores de dolor ni de temor.
Y el resultado?: espectacular, colas bellamente adornadas.
En definitiva me declaro amigo del procedimiento siempre que sea ejecutado por persona experimentada como en el caso que les he referido.
Carlos Mejía